Actualmente existen miles de tipos de cremas faciales, con otros tantos propósitos. Sin embargo, llenar tu cuarto de baño de productos no hará que tu rostro luzca más terso y luminoso. Únicamente te quitará espacio y se llevará un buen pellizco de cuenta bancaria al cabo del año.
Puedes añadir alguna más dependiendo de tus necesidades específicas (manchas, acné, poros…), pero básicamente tu arsenal de belleza se basta y se sobra con estas tres cremas.
Crema hidratante
A partir de los 30 años, la piel va perdiendo su fuerza y elasticidad. La culpa la tienen factores ambientales (especialmente los rayos solares y la contaminación) y el descenso en los niveles de colágeno que va asociado al envejecimiento, que hace que no se recupere de la fatiga con la misma facilidad que antes. El remedio: utilizar una crema hidratante con protector solar por la mañana y otra de tipo antiedad antes de irse a la cama.
Exfoliante
Aunque a menudo se pasa por alto, los exfoliantes son IMPRESCINDIBLES (así, con mayúsculas) en la rutina de aseo masculina. Y es que arrancar las células muertas es la única manera de revelar una nueva y luminosa capa de piel. Además, disuelve los dichosos puntos negros y deja la piel más suave, algo, esto último, que tu pareja te agradecerá. Aplícatelo un par de veces por semana, haciendo hincapié en las zonas más asperas; más no, porque la piel puede enrojecerse e irritarse.
Tratamiento antiedad ojos
Si quieres que tu rostro luzca impecable, es muy importante que prevengas las patas de gallo y las ojeras. Altamente delicada, la piel del contorno de los ojos comienza a arrugarse e inflamarse a partir de la treintena. Utiliza un tratamiento antiedad para los ojos todos los días para que tu mirada se conserve tan joven como tu espíritu.