Si no sois un especialista en un estilo de natación particular, conviene cambiar de estilo para los largos. De esta forma, se mejora la resistencia indirectamente, puesto que al cambiar de estilo de natación, se solicitan diferentes músculos y se prepara el cuerpo entero para la práctica de la natación.
La división en series ayuda igualmente a mejorar la resistencia. Para comenzar, es preferible efectuar series de 200 metros con pausas de 2 minutos entre cada una.
Realizar movimientos largos. De esta forma, se reduce el tiempo de esfuerzo máximo para desplazar el cuerpo en un medio acuático.
Prestar una atención particular a la respiración es la clave para mejorar la resistencia de un deporte como la natación. Hay que intentar tomar mucho aire, para luego expulsarlo lentamente y continuamente en el agua.
La última recomendación para mejorar la resistencia es nadar con frecuencia, si fuera posible todos los días. Para evitar la frustración, se debe evitar proponerse desafíos demasiado grandes, en cualquier caso conviene fijarse objetivos progresivos.