Entre las etapas más difíciles de tu hijo, está la de conseguir un buen hábito de estudio. Los deberes escolares, y sobre todo asimilar los conocimientos que se aprenden, requieren de paciencia y de constancia.
Lo importante es combinar la responsabilidad con la costumbre, e integrar el hábito de estudio. Progresivamente, el niño irá asumiendo la realización de las tareas, de una forma natural.
Es fundamental, para conseguir un buen hábito de estudio en tu hijo, ir incorporando conductas apropiadas. En función de la etapa escolar en que se encuentre y de la edad que tenga. Serán unas u otras.
Los datos
Estudios realizados por Eurostat 2016, confirman que España es el país de la UE con mayor tasa de deserción escolar (20%). De cada cinco alumnos que están en la ESO, uno de ellos abandona al finalizar.
¿Por qué se abandona la escuela? Entre otras cosas, por un pésimo rendimiento, y la sensación de fracaso.
Para paliar esta situación, es preciso acompañar a los niños en sus primeros años escolares. Y además facilitarlos conductas adecuadas para el estudio, así como herramientas para ello.
La finalidad del hábito de estudio
Entre los objetivos a conseguir, está la concentración, planificación, comprensión de lo que leen, aprendizaje de técnicas de estudio, etc.
La rutina del estudio diario comienza con media hora diaria de tareas escolares. Progresivamente, se irán agregando 10 minutos extra cada cierto tiempo.
La concentración
Para que los niños se concentren, hay que destinar un espacio exclusivo en casa. Así se evitan distracciones asociadas a las actividades del hogar. Este lugar tendrá los elementos necesarios y el correspondiente silencio. Además, hay que cuidar el orden y la limpieza, del espacio y de los útiles escolares.
Es fundamental evitar las distracciones como móviles, televisión, etc., así como distribuir los tiempos. En el caso de niños más inquietos, es de gran ayuda combinar minutos dedicados totalmente al estudio, con algunos momentos de pausa.
Fuentes imágenes: El Mostrador / Papás a bordo