Todo han sido peticiones de deseos para el nuevo año a lo largo de la noche de fin de año, ilusiones, esperanzas, etc. Pero, ¿realmente hay esperanzas de que se cumplan?
Se suele decir que el deseo de que algo se cumpla forma parte de la naturaleza humana. El comienzo de un nuevo año es el momento ideal para ello. Las campanadas de fin de año marcan el final de un período y el inicio de otro.
Tipos de deseos
Los deseos suelen ser de todo tipo, desde los personales a los de carácter laboral. Entre ellos no suele faltar la buena intención de ir al gimnasio, empezar a hacer deporte y ejercicio, un curso de inglés para poder viajar por todo el mundo, etc.
A medida que pasa el tiempo en el nuevo año, vamos justificando en retraso en la puesta en marcha de esos deseos, por una supuesta “falta de tiempo”. La realidad es una mala planificación y organización, una buena dosis de pereza, etc.
Al final lo que hacemos es confundir nuestros deseos con los «milagros», pensando que las cosas, las buenas, ocurrirán sin que nosotros pongamos nada de nuestra parte.
¿Cómo hacer que nuestros deseos se cumplan?
En la práctica, el deseo es una aspiración que se justifica por poner la persona que tiene ese objetivo en fin de año, o en cualquier otra época, para conseguir eso en lo que se invierte un esfuerzo y los medios adecuados.
Los deseos deben ser objetivados, y la mejor forma de hacerlo es poner los medios para que estos se cumplan.
Deseos más generales
Existen deseos que deberíamos pedir todos para el nuevo año. Por ejemplo, los relacionados con que se acaben los actos de violencia de género, que a las personas que viven en la calle se les facilite un hogar en el que vivir, y muchos otros.
Una buena forma de poner en marcha estos deseos en beneficio de la sociedad, es pensar cómo podemos ayudar en ello cada persona, en la medida de nuestras posibilidades.
Fuentes de imágenes: Ideas Nuevas / Frases para enamorarz