La rotura de fibras es una lesión muy frecuente entre las personas que practican algún tipo de deporte, la cual se produce cuando el músculo sufre un desgarro debido a un movimiento indebido.
Los músculos se componen de unas fibras que pueden romperse por culpa de una carga excesiva, un gesto brusco o un calentamiento o estiramiento insuficientes antes de entrenar. También puede estar causada por músculos débiles o lesiones previas mal curadas. Pero no es necesario estar haciendo deporte para sufrir esta lesión. Puede pasar durante el desempeño de alguna actividad diaria normal.
Síntomas de una rotura de fibras
Aquellos que la han sufrido saben perfectamente que la rotura de fibras va asociada a un dolor agudo. El músculo afectado puede doler tanto en reposo como al intentar hacer algún movimiento. Es por ello que se produce una incapacidad total para utilizarlo. La rotura de terminaciones nerviosas es en parte responsable de ese dolor.
A la rotura de fibras que se produce en el gemelo también se la conoce como pedrada. Y es que la sensación (y a veces incluso el sonido) es como un golpe. Muy parecido a lo que se sentiría si alguien te lanzara algo con potencia contra el músculo.
El enrojecimiento, la hinchazón, los hematomas (cabe señalar que además de fibras y terminaciones nerviosas también se rompen vasos sanguíneos) y una sensación de debilidad en el músculo también se incluyen entre los síntomas de esta lesión muscular.
¿Se pueden prevenir?
Existen una serie de hábitos que pueden ayudarte a reducir mucho las probabilidades de sufrir una rotura de fibras, tanto en los entrenamientos como en tu vida diaria. Aunque seguro que ya los conoces, nunca viene mal recordarlos. Además, se trata de consejos que resultan útiles para prevenir no sólo las roturas fibrilares, sino cualquier lesión en general:
- Calentar antes de practicar ejercicio
- Estirar después de practicar ejercicio
- Hacer estiramientos todos los días
¿Cuál es el tratamiento?
Si crees que la rotura de fibras puede ser grave (la asistencia médica es fundamental si se tiene fiebre, cortes abiertos considerables o el músculo presenta una hinchazón significativa) acude a un hospital lo antes posible para que un médico establezca el grado de rotura y el tratamiento necesario. Éste último puede incluir aparatos ortopédicos y muletas, así como ejercicios de rehabilitación que te ayuden a recuperarte. En algunos casos incluso es necesario emplear la cirugía para reparar el desgarro.
Hielo
Lo primero que se suele hacer es poner hielo (siempre envuelto en una toalla) sobre el músculo afectado. Es un remedio tan antiguo como efectivo. La razón es que, además de actuar como analgésico, ayuda a controlar la inflamación y el sangrado local, especialmente inmediatamente después de producirse la rotura de fibras. Aplícalo durante 20 minutos cada 1-2 horas.
Reposo
El reposo es una fase muy importante del tratamiento. Forzar el músculo puede retrasar la recuperación, pero olvidarse por completo de él también puede ser perjudicial para un correcta cicatrización. Se considera que lo mejor es encontrar un punto medio, aunque siempre hay que tratar de evitar cualquier actividad que te resulte dolorosa. La duración varía en función del grado de rotura. Por otro lado, mantener elevada el área lesionada durante esta fase es beneficioso, ya que ayuda a reducir la hinchazón.
Medicación
Para ayudar a aliviar el dolor asociado a una rotura de fibras, tu médico puede prescribirte antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno o el naproxeno.
Vendaje compresivo
Los vendajes compresivos reducen la hinchazón. También ofrecen apoyo al músculo, razón por la que algunas personas se lo ponen inmediatamente después de sufrir la lesión si necesitan continuar utilizando el músculo. Sin embargo, antes de ponérselo se aconseja esperar al menos 72 horas para dar tiempo a que mejore la circulación sanguínea en la zona. A menudo, el calor (pero sólo cuando la hinchazón haya disminuido) también forma parte de los tratamientos de las roturas de fibras.
Recuperación
Para volver a utilizar el músculo que ha sufrido el desgarro es necesario esperar a que el dolor haya mejorado de forma significativa. Se empieza por realizar estiramientos progresivos con el músculo afectado con la vista puesta en terminar haciendo vida normal transcurrido un tiempo determinado. Aunque buena parte de las molestias hayan desaparecido, es muy importante ir aumentando la intensidad poco a poco para que el músculo no sufra.
Seguro que has escuchado en infinidad de ocasiones en las noticias deportivas que un futbolista se perderá el próximo partido por una rotura fibrilar. El tiempo de cicatrización puede variar en función de muchos factores, como el grado de rotura (leve, moderado o grave) y tu edad. De esta manera, se pueden necesitar desde 8-10 días a más de tres semanas. Pero lo importante es que, mediante la rehabilitación adecuada (considera ponerte en manos de un fisioterapeuta), la mayoría de personas se recuperan completamente de una rotura de fibras.