Muchos son los usuarios que se pregunta que cual es la mejor ropa para ir al gimnasio. Si eres un habitual de este tipo de establecimientos, en este artículo probablemente no vas a encontrar información que no sepas por tu experiencia.
Lo primero que hay que hacer a la hora de elegir ropa para ir al gimnasio es pararnos a pensar detenidamente lo que implica hacer ejercicio físico. Hacer ejercicio físico implica sudar, por lo que lo primero que debes hacer es utilizar ropa apropiada.
Y recuerda, cuidarse no es vanidad, sino un síntoma de cordura.
Una toalla
Aunque pueda parecer absurdo, llevar una toalla al gimnasio en fundamental por varios motivos. Por un lado, nos ayudará a eliminar el sudor de la cara y otras partes del cuerpo que estén cubiertas por la ropa.
Además, también debemos utilizarla sobre el asiento de las máquinas donde debemos sentarnos o apoyarnos, para evitar que el sudor nos haga perder adherencia y, de paso, no dejar mojadas las máquinas.
Utiliza ropa que absorba la humedad
Si hablamos de ropa que absorba la humedad, tenemos que hablar del algodón. Sin embargo, es una muy mala idea.
Si bien es cierto que el algodón absorbe el sudor, lo absorbe, pero no se deshace de él, por lo que la experiencia en un gimnasio con ropa de algodón puede convertirse en una pesadilla.
Aunque la ropa deportiva no es barata, debemos invertir en tejidos deportivos diseñados para mantener el sudor alejado de nuestro cuerpo. La ropa deportiva son mezclas de poliéster y fibra.
Su principal ventaja con respecto al algodón es que secan de una forma mucho más rápida todo el sudor que retienen, por lo alejando la humedad de nuestro cuerpo.
Además, estos tejidos son muy cómodos a la par que flexibles, por lo que evitaremos todo tipo de rozaduras que, a la larga, pueden suponer un motivo de peso completamente injustificado para abandonar el gimnasio.
Lleva ropa cómoda
Si acabas de apuntarte al gimnasio con la principal motivación de perder peso, no te compres la ropa que te gustaría lucir cuando lleves unos meses. Olvídate de la ropa ajustada que te hace parecer una morcilla sin forma definida.
Tampoco se trata de llevar la ropa más grande posible, ya que, a la larga, pasaremos más tiempo moviendo la ropa para ajustarla a nuestro cuerpo que haciendo los ejercicios.
La ropa demasiado pequeña, tampoco es una opción, ya que restringirá nuestros movimientos. Si nuestra talla nos queda muy ceñida, podemos optar por una talla más para estar más cómodos y evitar los problemas tallas demasiado grandes o muy ajustadas.
En cuanto a los materiales, es recomendable optar por mezclas de nailon y elastano, ya que se ajustan a nuestro cuerpo y nos da libertad de movimiento.
El elastano nos ofrece un mayor margen de movimiento durante el ejercicio proporcionando un ajuste muy cómodo sin que queda apretado.
Si los motivos que te llevan al gimnasio no son estéticos, sino motivados por un problema de salud, elige la ropa que mejor que te quede. De esta forma, podrás presumir conforme vaya dándole forma a las zonas que tienes que reforzar de tu musculatura.
Utilizar la ropa adecuada aumenta la confianza en ti mismo, ya que te hace pensar en el éxito. Cuando te sientes bien con lo que llevas puesto, te esforzarás más y conseguirás más.
Además, mejora el rendimiento al cuidar de tu cuerpo. Cuando usas material que absorbe la humedad, ayuda a enfriar tu cuerpo y a evitar el sobrecalentamiento.
También ofrece protección y previene de lesiones. La ropa de compresión, nos ayudará a recuperarnos más rápidamente al mejorar el flujo sanguíneo y mantener su velocidad, haciendo que la sangre llegue más rápido al corazón.
El calzado adecuado
Las chanclas son para los vestuarios. Utilizar calzado deportivo nos proporciona el apoyo y la protección adecuada para nuestros pies (imagina que te cae una mancuerna en los pies).
En algunos ejercicios en los que la parte superior de tu cuerpo debe hacer el esfuerzo, necesita que la parte inferior esté fuertemente anclada al suelo y ofrecer la adherencia que necesitamos.
Además, reduce el riesgo de sufrir lesiones, mejora el rendimiento físico y evita que nos resbalemos si pisamos unas gotas de sudor de algún desaprensivo que se ha dejado la toalla en su casa.
Lo ideal es utilizar unas zapatillas expresamente para el gimnasio. De esta forma, evitarás llevar la suciedad de la calle a las instalaciones. Que no todo el mundo lo haga no es razón para que no lo hagamos nosotros.
Aunque creo que no es necesario decirlo, al igual que no es buena idea hacer ejercicio en el gimnasio con chanclas, tampoco lo es utilizar únicamente calcetines. Si el calzado que utilizas te hace rozadoras, utilizando calcetines lo único que conseguirás será agravar el problema.
Deja tus accesorios en la taquilla
Si habitualmente utilizas anillos, pulseras o cadenas en tu día a día, estas no son necesarias en el gimnasio. Estás haciendo deporte, no tienes mostrarte tal y como eres o como te gusta que te vean.
Las cadenas colgadas del cuello, pulseras o incluso relojes pueden engancharse en alguna máquina y provocar un desagradable accidente.
Respecto a los anillos, si estás ejercitando musculación en la parte superior del cuerpo, esta puede acabar con arañazos además de molestias en los dedos.
Olvídate de perfumarte
Aplicando una vez más el conocimiento, nos daremos cuenta rápidamente de que no estamos en un gimnasio, en una cita, en un restaurante o en una discoteca.
Si utilizas un perfume demasiado intenso, es probable que pueda ser desagradable para las personas de tu entorno.
Además, al mezclarse con el sudor, pueden generarse olores que nos molesten a nosotros. Sin contar que, en acabar, nos vamos a duchar y la colonia desaparecerá de nuestro cuerpo.
Con utilizar desodorante antes de entrar a la sala de máquinas y limpiar la ropa a diario con un buen suavizante que de olor a nuestra ropa es más que suficiente.