Si eres hombre y ya sobrepasaste los 40 o más años, es más que probable que se te hayan quejado de que roncas. Quizás no y seas de esos poquísimos afortunados varones que han conseguido librarse, por el momento, de la mala fama de los suspiros profundos mientras duerme y de todo el repertorio de críticas y burlas que hay en torno al ronquido. Porque a lo mejor piensas que roncar es normal en lo hombres y los demás piensen que roncar es tema de risa. Pero te aclaramos que, ni lo uno, ni lo otro. Roncar no es cosa normal simplemente porque seas un hombre. Y, desde luego, los ronquidos, a veces son solo un síntoma de un problema más profundo que incluso podría poner en riesgo tu vida. ¿Roncas mucho? Podrías tener apnea del sueño. Estos son los síntmas y señales a los que debes prestar atención.
La apnea del sueño es un trastorno muy frecuente entre la población de más 40 que aumenta a medida que cumplimos años y, más, si además tenemos sobrepeso, somos fumadores o tenemos determinadas patologías. Pero es que además se agrava ante otros problemas de salud y puede ser la causa de otra extensa lista de males, incluyendo los problemas cardíacos e incluso el ictus.
Uno de los síntomas de la apnea del sueño son los ronquidos, pero no debemos confundir. Una cosa es roncar y otra distinta es tener apnea del sueño. Quienes roncan, deberían pedir una revisión médica y someterse a pruebas como la polisomnografía para descubrir si tienen apnea y ponerse en tratamiento lo antes posible.
¿Roncar es normal?
Vayamos por partes. Roncar no es normal, aunque puede ser considerado como un mal benigno y sin mayores repercusiones que las molestias que le causes a tu compañero/a de dormitorio. Y es que puede haber muchas causas detrás del ronquido. Generalmente este se produce porque hay algo que obstruye la entrada de aire y dificulta la respiración. Por ejemplo, cuando estamos resfriados, con la nariz tapada, es habitual roncar. En estos casos, el ronquido es un mal pasajero y no debemos preocuparnos. Bastará con buscar un remedio para despejar la nariz y liberar las vías respiratorias de la congestión.
Cuando esos ronquidos se vuelven un mal crónico, aquí sí debemos prestar atención a qué otros síntomas acompañan al ronquido. Hay veces que el problema está en la forma de la mandíbula, en un paladar estrecho o una lengua demasiado gruesa. Otras veces es, sencillamente, por la mala posición de la lengua en la boca o el mal estado de nuestros dientes y la forma en cómo apretamos la dentadura.
Los ronquidos también pueden estar motivados por la existencia de vegetaciones que impiden una respiración completa.
Por último, tenemos la apnea del sueño que es una enfermedad más complicada y seria. Porque esta no se limita a producir ronquidos, sino que impide un descanso completo, haciendo que la persona que la padece no pueda descansar bien y se sienta somnolienta a todas horas. Además, afecta al corazón e incluso al cerebro.
Qué es la apnea del sueño
La apnea del sueño no es roncar sin más sino que se traduce en un problema respiratorio que puede ser más o menos grave. Durante el sueño, la persona que padece apnea pierde la respiración durante un periodo de tiempo que puede ir desde unos cuantos segundos hasta varios minutos y, además, puede repetirse a lo largo de la noche.
Estas pausas hacen que el ciclo del sueño no se realice completo y, por ende, el descanso no es total. La persona no descansa lo suficiente y el cuerpo le pasa factura con una falta de energía durante el día que la impide o dificulta hacer una vida normal.
Tipos de apnea del sueño
Los ronquidos pueden tener distintas causas, siendo una de ellas la apnea del sueño y, además, la apnea del sueño puede tener dos causas también: Apnea obstructiva del sueño (AOS) o Apnea Central del Sueño.
La primera de ellas, la Apnea Obstructiva del Sueño (AOS), es la más común entre los enfermos de apnea. Sucede porque los músculos de la garganta se relajan demasiado y esto hace que las vías respiratorias queden obstruidas.
El segundo tipo de apnea, la Apnea Central, se produce porque es el cerebro quien no le envía señales a los músculos que deben trabajar durante la respiración, de modo que estos no se accionan y la persona no puede respirar mientras está durmiendo.
Cómo saber si tengo apnea del sueño
Hay una serie de síntomas que delatan la posible existencia de una apnea del sueño. Aunque la confirmación del diagnóstico tendrá que hacerla un médico tras un estudio médico que se realiza durante el sueño. Estos síntomas a los que hay que prestar atención son:
- Ronquidos fuertes que se producen durante toda la noche.
- Pausas en la respiración. Si estás dormido no sabrás que dejaste de respirar salvo porque te despiertes con sensación de ahogo o porque quienes duerman contigo te alerten del problema. Estas pausas suelen durar unos 10 segundos o más.
- Cansancio y somnolencia. Es normal estar cansado cuando no se duermen las horas suficientes, pero si crees que duermes tus 8 horas y, pese a ello sigues cansado y te pasarías el día durmiendo, entonces algo pasa.
- Te despiertas sobresaltado y faltándote la respiración o ahogándote. Es consecuencia de esas paradas en la respiración mientras duermes.
- Al despertarte te duele la cabeza. Es debido a que el cerebro se quedó sin oxígeno mientras dormías. Otro síntoma muy característico de la apnea del sueño.
- Tienes la boca seca por las mañanas. Probablemente respiraste por la boca y esto reseca boca y garganta.
Cuál es el perfil del hombre con apnea del sueño
Cualquier persona puede sufrir apnea del sueño, incluso los niños. Si bien es más común en hombres fumadores, con obesidad y mayores de 40 años.
Tratamiento para la apnea del sueño
La apnea del sueño tiene distintos tratamientos según su causa. Puede solucionarse con una máquina para dormir que ayuda a respirar mejor durante el sueño, aportando oxígeno al paciente. Pero hay otras soluciones, como el uso de una férula dental y, en algunos casos, una cirugía. El médico te dará más detalles.
Si roncas mucho y piensas que podrías tener apnea del sueño, pide cita en tu médico, porque este problema afectará a tu vida diaria, a tu salud e incluso a tu vida personal y social, porque nadie querrá dormir contigo. Aparte de que te sentirás cansado y, en casos graves, la apnea puede incluso producir un accidente de tráfico si conduces y te quedas dormido al volante. Quien padece apnea no puede controlar el sueño.