Seguramente, te habrás preguntado alguna vez qué hacer con abrigos de piel antiguos. Entre los distintos tipos de esta prenda, se hallan entre los más bonitos. Quizá tengas algún abrigo así en tu casa que está gastado por el uso o, simplemente ha quedado pasada de moda.
Entonces, te habrás planteado cómo puedes darle una salida sin necesidad de tirarla. Lo primero que debemos decirte es que tienes varias posibilidades. No obstante, podemos agruparlas, básicamente, en tres: venderla, arreglarla o regalarla. Vamos a profundizar en estas opciones de qué hacer con abrigos de piel antiguos, pero también vamos a hacer algunas consideraciones previas acerca de su duración.
¿Cuánto dura un abrigo de piel y cómo cuidarlo?
Un abrigo de cuero
La piel tiene una larga vida útil. Lógicamente, depende del tipo de animal del que se trate, de que el curtido esté bien realizado y de los cuidados que tengas con ella. No obstante, un abrigo bueno y bien conservado puede alcanzar los setenta años de antigüedad sin problemas. En este sentido, las pieles que más duran son, entre otras, el cuero y las de astrakán, moutón, zorro, visón, marmota y conejo.
Por tanto, se trata de prendas que te interesa conservar. Su precio es elevado y, como te decimos, te resultarán útiles mucho tiempo. No obstante, cómo también te hemos señalado, debes cuidarlas. La forma de hacerlo depende, lógicamente, también del tipo de piel de que se trate. Pero existen unas normas comunes para ello.
En primer lugar, cuando guardes el abrigo por un largo periodo de tiempo, por ejemplo, al inicio del verano, hazlo en una percha ancha y dentro de una funda de tela. Así, la piel podrá respirar mejor. También debes tener cuidado con el sitio donde lo guardas. Este debe tener buena ventilación, una temperatura más bien fresca y poca luz directa.
De igual modo, para limpiar la prenda, usa un paño suave y seco (o levemente humedecido). Si necesita una limpieza más profunda, existen productos especializados. Pero, mejor aún, te aconsejamos que la lleves a expertos que saben hacerlo y tienen medios para que quede como nueva cuidando, a la vez, la prenda. Una vez te hemos explicado estas consideraciones previas, vamos a mostrarte qué hacer con abrigos de piel antiguos.
Vende el abrigo
Prendas de piel a la venta
Como te indicábamos, los abrigos de piel tienen un alto valor de nuevos. Pero también ofrecen un buen precio residual. Es decir, hay una amplia demanda de estas prendas por dos motivos. El primero es que se ha impuesto claramente la tesis del aprovechamiento de la ropa. Con ello, se fabrica menos y también se expulsan menos contaminantes al medio ambiente.
Y el segundo es, justamente, el elevado precio de los abrigos de piel nuevos. A muchas personas que quieren tenerlos no les encaja hacer un desembolso tan grande de dinero. No obstante, si quieres vender tu prenda, tendrás que hacerlo a un particular. Normalmente, las peleterías profesionales no compran abrigos usados. En cualquier caso, puedes anunciarla en una de las muchas plataformas de compra y venta de ropa usada que hay en Internet, pues en la red no solo existen webs para adquirirla nueva.
Regala tu abrigo de piel antiguo
Un bonito tres cuartos de piel
Quizá tengas un amigo o amiga a quien le gusta esa prenda de piel de la que quieres deshacerte. Siempre te ha dicho que era muy bonita y que le gustaría tener una igual. Qué mejor entonces que darle una alegría dándosela para que la disfrute. De este modo, no solo contentarás a tu amigo, sino que le darás una segunda vida a tu abrigo. Y, además, pasará a pertenecer a una persona que lo va a valorar mucho.
Pero, si no te encuentras en este caso, es decir, no tienes ningún amigo que lo quiera, también puedes donarlo. Hay muchas entidades sin ánimo de lucro que se dedican a recoger ropa. Luego la entregan a quien más lo necesita o bien la venden a un precio módico para financiar campañas de ayuda a los desfavorecidos. Por tanto, otra posibilidad respecto a qué hacer con abrigos de piel antiguos es regalarlos o donarlos.
Recicla o reutiliza tu abrigo
Después de arreglar tu abrigo de piel, con lo que te sobre, puedes hacerte un gorro
La tercera opción para tu abrigo es reciclarlo para seguir utilizándolo tú. En este caso, sí puedes pedir ayuda a profesionales. Hay muchos talleres dedicados a arreglos de piel que te lo dejarán como nuevo. Lógicamente, en estos casos, tu prenda no puede estar muy estropeada, porque entonces no te compensará arreglarla. Pero, si se halla en un estado aceptable, tienes varias posibilidades.
La opción más frecuente es reformar la prenda para adaptarla a las tendencias actuales de la moda. Por ejemplo, los abrigos de piel más antiguos solían tener mucho pelo y ser bastante pesados. En cambio, los actuales son más ligeros y con menos cantidad de pieles. Igualmente, hoy se llevan más cortos que antes. Además, no tienes por qué tirar la piel que quites a tu abrigo. Si es mucha cantidad, puedes crear otras prendas con ella. Y, si es poca, también puedes reutilizarla, por ejemplo, como una estola.
Otra posibilidad es que transformes tu abrigo de piel antiguo en otra cosa. Si lo deseas, por ejemplo, podrías crear un chaquetón o incluso un chaleco. Existen muchos talleres de piel que hacen estos arreglos. Lo que no te aconsejamos es que lo intentes tú. Ten en cuenta que la piel es delicada y se necesita saber cómo tratarla, algo que solo está al alcance de profesionales.
Precisamente, con independencia de qué hacer con abrigos de piel antiguos, te aconsejamos que, antes de nada, lleves tu prenda a un experto para que te la tase. Seguro que hay alguno en tu ciudad. Él te dirá si es de buena calidad y si te merece la pena arreglarla o es mejor que la regales. Igualmente, si te planteas venderla, con su asesoramiento sabrás cuánto puedes pedir por ella.
En conclusión, te hemos propuesto qué hacer con abrigos de piel antiguos. Como ves, tienes varias posibilidades que van desde reformarlos para seguir usándolos hasta venderlos o donarlos. Si eliges una de estas dos últimas opciones, alguien seguirá disfrutando de la pieza. Y, además, estarás contribuyendo a cuidar el medio ambiente. Porque, así, no tendrán que fabricarse otros cuyo proceso de elaboración es muy contaminante.