Hablemos del vello de las axilas. Algunos hombres consideran que pierden su masculinidad si se las afeitan, mientras que para otros recortar sus axilas es algo sagrado dentro de su rutina de higiene personal.
A nosotros nos parecen perfectas las dos opciones. Las axilas con pelo (siempre y cuando el vello no emerja de manera antiestética de debajo de los brazos) no son mejores que las axilas depiladas y viceversa, aunque la nota de hoy va dirigida a los hombres del segundo grupo: los que prefieren mantener corto el vello de las axilas.
A la hora de elegir un método para eliminar el vello de las axilas, nuestro consejo es optar por un cortapelos o, mejor aún, una máquina afeitadora corporal, ya que es la única forma en que podremos prevenir los molestos pinchazos que se dan en la zona cuando depilamos o rasuramos y las puntas de los vellos comienzan a sobresalir de la piel.
La longitud ideal para el vello de la axila es de entre 1,5 y 2 cm, algo menos si tenemos el vello rizado, o lo que es lo mismo, los números más bajos del cortapelos o la afeitadora corporal.
Antes de recortar el vello es importante humedecer la zona con agua caliente para suavizar el vello y reducir las probabilidades de irritación o vellos encarnados, pero recuerda que el agua y los aparatos eléctricos no se llevan bien, así que deja pasar unos minutos hasta que la piel absorba buena parte del agua. Recuerda que lo que buscamos es humedad, no un goteo de agua.
Después del recorte, no hay que escatimar en cuidados, ya que, como sabrás, se trata de una zona muy sensible. Aplica un bálsamo para después del afeitado que no contenga alcohol (muy importante) y, si eres de los que no puede pasar sin su desodorante, puedes ponértelo, pero habiendo esperado dos o tres minutos tras el bálsamo. Al día siguiente, y ya siempre desde entonces, no dudes en incluir las axilas en las zonas donde te aplicas crema hidratante diariamente.