Qué es la práctica del cuckolding y si existe infidelidad

Cuckolding

El cuckolding es una práctica poco habitual hasta hace unos años. Es un hecho consentido dónde existe la infidelidad, dónde hace que a grandes rasgos parezca algo que no se debería de practica entre parejas. Aún con todas las consecuencias, es una experiencia que muchos psicólogos están recomendando en terapias de parejas para poder avivar la llama.

Cuando las parejas llevan relaciones largas y no pueden darse más tregua en su pasión, buscan poder romper la monotonía. Entre sus posibles salidas buscan el encuentro con terceras personas y así darse placer para volver a encender esa pasión.

¿En qué consiste el cuckolding?

En pocas palabras, el cuckolding es una práctica consentida en una pareja para poder mantener relaciones con una tercera persona y después poder contar la experiencia o incluso dejar observar ese momento.

Para practicarlo se ha de consensuar el consentimiento mutuo, entre ellas solo habrá sexo y nada de sentimientos hacia la otra persona. Tampoco se realizará de forma habitual, sino puntual o esporádica.

Cuando se realiza el cuckolding la otra persona estará presente en el momento que su pareja mantiene relaciones sexuales o bien, luego se cuenta cómo ha sido la experiencia con pelos y señales. El objetivo es buscar ese tipo de excitación para mantener viva la llama.

Cuckolding

¿Qué se consigue con el cuckolding?

El objetivo es poder levantar la llama en la relación entre parejas. Buscan estímulos exteriores, pero en este caso centrado en el erotismo y el deseo con encuentros sexuales. Cada pareja busca sus propias sensaciones y puede variar entre buscar placer por lo prohibido o el experimentar en cómo observar que la otra persona está disfrutando.

La mayoría de los practicantes ven esta práctica como algo puntual y no como un hecho que realicen de forma habitual. Algunos psicólogos en terapia de pareja ven como ejemplo al hombre dentro de la pareja y atreviéndose a visualizar a su mujer manteniendo relaciones extramatrimoniales.

Por un lado, son consentidas, por lo que la anima a que no importa que se salten las normas sociales, pero, por otro lado, se visualiza como un ‘cornudo’. No obstante, está en pleno control el tema de la infidelidad, no está observando lo prohibido como algo malo y a la vez está disfrutando de esta actividad.

Cuckolding

Lo que por un lado: observar o imaginar a la mujer teniendo relaciones sexuales con otra persona puede parecer humillante; por otro lado: quienes practican esta humillación para ello pasa desapercibida, ya que se convierte en algo tremendamente erótico.

¿Qué se está buscando concretamente?

  • Generalmente, practicar el cuckolding nace en parte del pensamiento de los hombres. En este momento no son dominados, sino que más bien ellos quieren dominar la situación. Es cuando ellos deciden cuando y en qué momento serán engañados.
  • Puede que también derive de la práctica del masoquismo. No es que les guste realmente la práctica del masoquismo en todas sus variantes, sino que utilizan el cuckolding como una de las alternativas, ya que en parte se sienten humillados.
  • Hay quien observa a la mujer como un objeto hipersexualizado. En este caso está siendo presa y deseo por parte de otro hombre, mientras que, por otro lado, sabe que solo tiene en mente a un solo hombre, que no tiene más que un ‘propietario’.
  • Otros han llevado esta práctica para enmascarar su bisexualidad, ya que se han visto varios casos en la experiencia del cucklonding. En teoría, no disfrutan realmente observando cómo la mujer disfruta del sexo con otro hombre, sino de observar cómo es el hombre quien disfruta del acto sexual.

¿Hay limitaciones con esta práctica?

Generalmente sí que existen las limitaciones. Antes de probar el cuckolding es importante que la pareja hable de lo que puede repercutir cuando se lleve a la práctica. Ambos han de ser sinceros de que esto será para avivar la pasión y que será solo para disfrutar y evitar en el futuro posibles problemas.

Cuckolding

Siempre la comunicación se ha de establecer entre ambos, es de vital importancia dejar todo claro. Las normas que generalmente se establecen es que el sexo con terceros solo será sexo. En ningún caso generará una intimidad emocional con la que practica sus relaciones. En cualquier caso, siempre existe la posibilidad de que esto pueda llegar a ocurrir, es un riesgo que hay que asumir. O que la otra persona no pueda finalmente soportar este tipo de relación extramarital.

Por lo tanto, y dentro de lo habitual, es que no deben de aparecer los celos, ni a la larga ningún reproche ni ningún tipo de reclamo. Es de lógica, que, si finalmente esto supone más problemas que beneficios, habrá que poner fin a esta experiencia.

No obstante, todo lo que nos rodea sobre este tema puede llegar a ser muy dispar. Quienes lo practican de forma libertina y consciente saben lo que están haciendo. Lo hacen con total necesidad y observan cómo lo llevan a la práctica como un fetiche.


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