Hay muchas personas que padecen bruxismo y no lo saben. A menudo, no es hasta que la persona no acude al dentista y este le alerta de la sospecha, o que acude a realizarse un estudio del sueño, que el paciente no se percata de que padece este trastorno que es mucho más común de lo que pudieras estar imaginando. Tal vez a ti también te ocurre y, si es tu caso, ¡tranquilo! No te sientas un bicho raro, porque el bruxismo es un mal muy frecuente entre la población actual. El estrés es el gran responsable de su aparición y, la buena noticia es que tiene remedio, o al menos, puedes hacer algo para evitar que te perjudique.
En este artículo queremos contarte qué es el bruxismo y qué síntomas tiene para que puedas confirmar tus sospechas. Aunque al final será un dentista quien te puede dar el diagnóstico más certero y la solución para evitar que te siga afectando.
Presta mucha atención a cómo te despiertas y a cómo están tus dientes, a si te duele la boca o si presentas signos de desgaste en tu dentadura. Tal vez incluso te duela la mandíbula, como cuando estás tenso o, más bien, es que en efecto, tienes tensión acumulada ahí, en la mandíbula, el cuello, la boca y hasta dolor de cabeza.
No importa la edad que tengas, porque para el bruxismo no hay edad y puede afectar a los más pequeños y a los adultos por igual. Existen diferentes síntomas y, también, distintos tipos de bruxismo según cómo te afecte. Tampoco hay una sola causa que lo provoque y el tratamiento dependerá directamente de esta.
Qué es el bruxismo
El bruxismo consiste en rechinar, apretar o crujir los dientes. Obviamente, mientras esto sucede, la persona no se da cuenta, porque entonces no se trataría de bruxismo. Puede ocurrir durante el sueño o durante la vigilia y, de hecho, lo más habitual, es que suceda mientras dormimos, de modo que no podemos controlarlo. Se dice que esta enfermedad es es una enemiga silenciosa porque ataca cuando no eres consciente, con lo cual, tampoco puedes evitarla ni ponerle solución, hasta que ya es demasiado tarde.
Tampoco es fácil librarse de padecerlo, especialmente entre la población actual que vive tan inmersa en situaciones estresantes que no es capaz de liberar sus emociones mientras tiene los ojos abiertos y, a menudo, la vía de escape de las emociones y las tensiones negativas del cuerpo tiene lugar durante el sueño. Una especie de autotortura de la cual no tomamos conciencia hasta que un día sentimos unos extraños dolores en nuestra mandíbula y, al mirarnos al espejo, observamos que nuestros dientes parecen haberse pasado media vida royendo cables o ramas de los árboles, como si fueran los dientes de un roedor, con la diferencia de que a nosotros, la dentadura no nos crece y no nos vuelve a salir.
Bruxismo nocturno/ bruxismo diurno
Si bien los dos tipos de bruxismo pueden ser debido al estrés, en el que se produce durante el día, mientras estamos durmiendo, parece haber unanimidad en el planteamiento de que la persona sufre un nivel de ansiedad extremadamente alto que no le permite controlar sus movimientos. La persona está despierta y, aún así, aprieta tanto sus dientes que estos le van a reventar cualquier día. Pero sigue apretando.
La forma más habitual de bruxismo es durante la noche y percibimos algunas molestias al despertar, como la sensación desagradable de que has tenido la mandíbula apretada y te duele.
¿Qué síntomas da el bruxismo?
Acabamos de decirte el síntoma más evidente el bruxismo: te despiertas con un dolor de mandíbula que incluso puede afectar a tus mejillas, cuello y las sienes. Similar a cuando tienes una cefalea tensional, pero afectando a la mandíbula y el rostro.
Aparte, hay otros síntomas a tener en cuenta, como son desgaste dental, sensibilidad dental, dolores de cabeza y oído, sensación de mandíbula atascada que te cuesta moverla con normalidad, tinnitus y trastornos del sueño, como el insomnio o la dificultad para dormir toda la noche del tirón.
En casos extremos puede ocurrir que incluso te suponga un esfuerzo masticar y hablar, porque tus músculos están super tensos.
¿Por qué te ocurre esto del bruxismo?
Existen distintos factores que pueden propiciar el bruxismo y, muchas veces, confluyen varios de ellos. Entre otros, podemos citar un problema de mala mordida o maloclusión dental; sufrir de estrés, ansiedad y/o trastornos del sueño como la apnea. Además, consumir ciertos medicamentos como los antidepresivos o estimulantes, así como tomar alcohol y cafeína en exceso o antes de dormir, pueden hacer que haya bruxismo.
Hay que añadir también que se trata de un problema que puede heredarse, de modo que, si tienes indicios y, además en tu familia alguien ya lo padeció, puedes ser tú el siguiente. No dejes de ir al médico para que te lo confirme y te ponga un tratamiento.
¿Cómo puede ser diagnosticado el bruxismo?
Para diagnosticar el bruxismo el médico te examinará y puede solicitar pruebas como una radiografía dental e incluso solicitar un estudio del sueño para comprobar si, durante el sueño, aprietas la mandíbula.
¿Qué tratamientos hay para el bruxismo?
Después de saber todo esto acerca del bruxismo, lo que nos interesa conocer es cómo podemos solucionarlo en caso de padecerlo. Hay tratamientos que son muy efectivos y conseguirán remediar el problema, si bien, para dar con el tratamiento adecuado, primero hay que conocer cuál es la causa.
Cuando sufres bruxismo tus dientes padecen el desgaste, así que puede ser necesario que uses una férula de descarga que se coloca en tu dentadura para proteger los dientes.
Si el bruxismo es debido a causas psicológicas, será bueno recibir una terapia cognitivo-conductual para descubrir por qué te ocurre y poder acabar con esa conducta dañina.
También te vendrá bien practicar técnicas de relajación, puesto que el estrés y la ansiedad suelen estar detrás del bruxismo en la mayoría de los casos.
En casos más extremos, tal vez el médico te recete relajantes musculares o ansiolíticos para relajar esa tensión que manifiestas en la zona de la barbilla y mandíbula.
El bruxismo tiene solución pero no tienes que tomártelo a broma, porque puede hacer daño en tus dientes y mandíbula, además de causarte dolores de cuello, cabeza y hombros. Si crees que algo así pueda estar afectándote, ve al médico, porque no tienes necesidad de sufrirlo. ¡Hay remedios muy eficaces para tratarlo!