Si no descansas por la noche porque tu pareja no puede dejar de roncar, es hora de poner remedio. También, si eres tú quien lo hace.
No hay límites de personas, sexo ni edad, en lo que se refiere a ruidos al dormir. Cualquier persona puede necesitar dejar de roncar.
¿Por qué se producen los ronquidos?
Al dormir, los músculos de la faringe se relajan, originando que nuestras vías respiratorias se estrechen. Al reducirse el espacio respiratorio, el aire roza en la “campanilla” (úvula) y en las partes blandas de nuestro paladar.
El resultado final es una vibración que genera el sonido característico del ronquido.
Consecuencias de no dejar de roncar
No es solo una cuestión de hacer ruido y molestar a la persona de al lado. La persona que ronca no suele tener un sueño de calidad. ¿Qué consecuencias tiene esto? Entre otras, dolores de cabeza, dificultades en ejercer tareas cotidianas y la disminución del desempeño intelectual.
En los casos más graves, la llamada ronquiopatía puede acabar en apneas del sueño. Sobre todo, cuando el estrechamiento de las vías respiratorias impide el flujo adecuado del aire. En estos casos, la persona que ronca se despierta constantemente durante las noches sin respirar bien.
Consejos para dejar de roncar
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El control del peso
Los ronquidos suelen estar asociados al sobrepeso. Al acumularse tejido adiposo en el cuello, se facilita un estrechamiento de las vías respiratorias.
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En qué posición duermes
Está demostrado que quienes duermen boca arriba, son más propensos a roncar. Es una cuestión física, la lengua cae hacia atrás, obstaculiza el flujo de aire hacia la garganta y genera ronquidos.
Lo mejor es intentar dormir de costado y mantener la posición por toda la noche.
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No tomar alcohol de noche
El alcohol produce alteraciones en el sistema nervioso, y también en los músculos. Además de provocar ronquidos, hace que estos sean más fuertes.
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Cuidado con los medicamentos de noche
Algunos productos, como tranquilizantes y relajantes musculares también ocasionan el relajamiento del sistema nervioso y muscular. Se favorece el roncar y que los ronquidos suenen más fuertes.
Se puede dejar de roncar es posible, pero hay que poner voluntad. En caso necesario, buscar ayuda profesional.
Fuentes imágenes: El Confidencial /