Conseguir que nuestro cuerpo alcance el nivel físico deseado, requiere trabajo y constancia. Para algunas personas, es una cuota de sacrificio. Una alimentación balanceada, sin abusar de los “excesos”, acompañada de rutinas de acondicionamiento físico acordes con las mestas propuestas, son algunas de las medidas necesarias.
El final verano es uno de los momentos más importantes a tener en cuenta.
Pero llega el verano…
Con las altas temperaturas y los días largos y soleados, también surgen muchos momentos para la distensión. Y si salimos de vacaciones, todavía más.
Aunque muchos nos proponemos no dejar de ejercitarnos, (planificamos jornadas de trote a la orilla del mar o de montañismo), la mayoría de las veces, los momentos de relajación nos ganan la partida. Y eso no está mal, después de todo, para eso son las vacaciones.
De vuelta a la rutina, nos toca “ponernos serios” y recuperar o incluso mejorar nuestra vieja forma física.
Ponernos en forma después del verano
Lo primero es ser realistas: es imposible recuperar en dos días, los “daños” producidos por dos o cuatro semanas de inactividad física y de excesos en comidas y bebidas.
Para evitar lesiones, una buena idea es reducir a la mitad las rutinas “normales” de entrenamiento, durante dos semanas. Las sesiones pueden ser de la mitad de tiempo y la exigencia en distancia o carga de peso para los ejercicios, también.
¿Qué tipo de ejercicios hacer al finalizar el verano?
Si formas parte del 70% de los que aseguran regresar de las vacaciones con varios kilos de más, para quemar las grasas debes priorizar los ejercicios aeróbicos.
Una buena opción, es coger una bicicleta y convertirla en tu medio de transporte para ir a la oficina.
Para esta actividad no se requiere hacer espacio en la agenda, más allá de calcular el tiempo que te tomará completar el recorrido. Como recompensa adicional, puedes ahorrarte algo de dinero en combustible o billetes de transporte.
Fuentes imágenes: El País