Aunque aún pueda llegar a sorprender, cada vez somos más los que trabajamos o hacemos algún trabajo de vez en cuando desde nuestro hogar. Dicho de otro modo, no debe sorprendernos si un día de estos tenemos que tener nuestra oficina en casa. Este post va para todos aquellos que quieran hacer justamente eso, montar desde cero una oficina en la que hacer algunos trabajos desde casa u, otra opción, reformar la oficina en la que ya estáis trabajando para ser más productivos o trabajar más cómodos.
Lo que encontraréis en este post no son artículos que podréis comprar, sino consejos para ayudaros a decidir qué es lo que más os conviene o lo que mejor le iría a esa oficina en la que pasaréis la mayor parte de vuestro tiempo, como el tipo de silla que debéis usar o qué lámpara es la que más os interesa.
Cómo elegir la mejor silla de oficina
En mi opinión, lo más importante de cualquier oficina es el asiento en donde vamos a estar sentados durante horas. Si pensáis que es suficiente cualquier silla, creo que es porque aún no habéis pasado horas sentados haciendo un mismo trabajo. Lo primero que tenemos que tener en cuenta es: ¿qué trabajo vamos a hacer en esa silla?
Entre los diferentes trabajos de oficina que me pasan por la mente ahora mismo, yo diría que hay dos tipos de trabajos, tres a lo sumo: el trabajo en el que estamos todo el tiempo escribiendo, como el de un blogger profesional que no se dedica también a otra cosa, los trabajos en los que pasamos la mayor parte del tiempo haciendo uso del ratón o touchpad y los trabajos en los que hacemos las dos cosas anteriores.
Menciono lo anterior porque, por ejemplo, si vamos a estar la mayor parte del tiempo escribiendo, creo que no merece la pena comprar una silla con reposabrazos, o por lo menos eso pienso yo porque personalmente no los veo necesarios; yo ya apoyo los brazos en la mesa y los reposabrazos me molestarían. Por otra parte, si lo que hacemos con el ordenador depende más de un ratón, creo que podemos sentarnos de diferentes maneras, por lo que podría no ser tan mala idea que la silla de nuestra oficina tuviera reposabrazos.
Ya que hemos empezado a hablar de la comodidad, otra cosa que podemos tener en cuenta es el respaldo de la silla. En este sentido, es importante que nos fijemos en que esta silla nos permita tener la espalda recta, de modo que no sufra cuando pasemos varias horas delante del ordenador. Dependiendo del tipo de trabajo que vayamos a hacer, también tenemos que fijarnos en su reposacabezas y en que el respaldo sea reclinable o no. Personalmente, prefiero que el respaldo esté bien recto, pero seguro que hay personas y trabajos que prefieren trabajar con la espalda un poco inclinada hacia atrás.
Por último, dependiendo de la oficina que nos creemos, también será más o menos importante que la silla tenga ruedas. Si trabajamos con en una mesa pequeña, no merece la pena gastar nuestro tiempo y dinero buscando una silla con ruedas, pero la cosa ya cambia si trabajamos en una mesa grande o más de una mesa, puesto que si elegimos una silla con ruedas podremos, por ejemplo, movernos hasta una estantería y volver a nuestro puesto de trabajo sin tener que levantarnos de nuestra silla.
¿Cómo debe ser la mesa de mi oficina?
Bien. Ahora que ya hemos elegido la silla en la que pasaremos sentados la mayor parte de nuestra jornada laboral, creo que lo siguiente que tendremos que hacer es elegir la mesa de nuestra oficina, aunque soy consciente de que muchos lo harían justo al revés.
Como en el momento de elegir nuestra silla, lo primero que tenemos que hacer es valorar qué tipo de trabajo tenemos que hacer. No es lo mismo pasarnos el día realizando trabajo en la web que pasar a ordenador información que tenemos escrita en papel. En el primer caso, puede ser suficiente cualquier mesa por pequeña que sea, pero en el segundo necesitaremos espacio para el papel y, probablemente, unos cajones en donde meter material de oficina como bolígrafos, Tipp-Ex, clips, post-it, etc.
Lo que creo que sí que es interesante independientemente del tipo de trabajo que hagamos en pleno siglo 21 es que la mesa tenga agujeros por los que podamos pasar, por lo menos, los cables de un ordenador de sobremesa. Estos agujeros nos permiten pasar los cables por unos huecos especialmente diseñados para ello que, por otra parte, servirán para tenerlos bien organizados.
Huecos para los cables aparte, lo primero que tendremos que tener claro para elegir una mesa de oficina es de qué tamaño la necesitamos. En mi opinión, por lo que me viene ahora mismo a la cabeza, sólo tenemos que tener en cuenta una cosa: ¿tenemos que realizar algún tipo de manipulación manual? Si la respuesta es no, nos vale prácticamente cualquier mesa, pero no merece la pena gastarse mucho dinero en una mesa grande a la que no le daremos uso.
Es si vamos a realizar cualquier tipo de manipulación manual cuando tenemos que plantearnos comprar una mesa con mayor superficie. Dependiendo de la manipulación, bastará con una mesa de escritorio de tamaño medio o nos hará falta todo un escritorio.
Por último, lo que también tenemos que tener en cuenta es si queremos la mesa con cajones o sin ellos. Si el trabajo que vamos a realizar es vía web y no vamos a realizar ningún tipo de manipulación, yo recomendaría que sí tuviera por lo menos un cajón en el que podamos meter el móvil y algunos objetos personales. Pero no es lo mismo si vamos a trabajar con muchos documentos, en cuyo caso puede ser una buena idea que uno de los cajones sea de los grandes que nos permitirán meter folios en vertical para ordenarlos por orden alfabético. Aunque esto nos lleva a las estanterías.
¿Necesitamos estanterías?
Si trabajamos con documentos, algo que puede hacer prácticamente cualquier asesor, creo que merece la pena agenciarse alguna estantería. Las hay de muchos tipos, desde las que son un mueble de madera hasta las que montamos con 4 patas y las estanterías atornilladas en ellas.
Lógicamente, cuantos más documentos tengamos que guardar, mayor será la estantería que necesitemos. Pensar en esto puede hacer que nos agobiemos, a no ser que lo miremos en perspectiva: necesitar muchas estanterías y que nuestra oficina se nos queda pequeña será la señal para dar el salto a otra oficina o, lo que es lo mismo, que nuestro negocio crezca.
Iluminación
Como las sillas y las mesas, algo que en un principio parece que no sea muy importante es la iluminación. Pero si pensamos que este tipo de cosas no son importantes, no debemos tener la más mínima duda de que descubriremos lo equivocados que estábamos cuando hayan pasado varios años.
Sin una buena iluminación, forzaremos la vista más de lo necesario y eso se traducirá en problemas de visión a medio/largo plazo. Teniendo esto en cuenta, creo que podemos hablar de dos tipos de iluminación diferentes: la normal y la necesaria si tenemos que fijarnos en los detalles.
La iluminación normal será la que usaremos en prácticamente cualquier trabajo que realicemos con un ordenador, puesto que éste contará con retroiluminación. Eso sí, mejor si ponemos una lámina para proteger nuestra vista justo delante de la pantalla.
Si lo que vamos a hacer en nuestro escritorio es un trabajo en el que tengamos que fijarnos en lo que hacemos, entonces ya merece la pena usar un flexo que ilumine bien. El ejemplo que me viene a la cabeza en este punto son los diseñadores gráficos o los que hacen cualquier tipo de dibujo, quienes suelen usar un flexo bastante grande que, a poder ser, usa una bombilla especial, normalmente azul, que emite una luz más natural que la mayoría de bombillas convencionales.
¿Y si nuestra oficina es también donde negociamos con los clientes?
Aquí la cosa se complica un poco. Hasta aquí hemos hablado de nuestra oficina como esa habitación en donde realizamos nuestro trabajo como tal, pero cabe la posibilidad de que esta oficina sea también un despacho en el que recibiremos y venderemos nuestro producto a nuestros clientes.
Si este es el caso, creo que lo mejor es no hacer caso de prácticamente nada de lo explicado hasta aquí en este post y centrarnos en crear una habitación que dé buena impresión. Lógicamente, cada persona tendrá una manera de ver las cosas pero, por ejemplo, no podemos usar una mesa pequeña si parte de nuestro trabajo es enseñar muestrarios a nuestros clientes. En este caso, lo mejor es comprar una mesa de tamaño medio con buena imagen, no tener la mesa llena de trabajo y que el resto de la decoración vaya a juego.
¿Y dónde consigo todo esto?
Puede haber muchas tiendas en las que encontraremos todo tipo de productos, pero la mejor manera de no distraernos es ir a una tienda especializada, como Livingo, en donde encontraremos muebles de oficina que nos permitirán amueblar desde nuestra propia zona de trabajo en nuestra habitación hasta un despacho en el que vender nuestros mejores proyectos.
¿Ya sabes cómo crear una oficina en tu propia casa?