Es curioso como los seres humanos sentimos tantos miedos irracionales a conductas y hechos que son absolutamente naturales. Tal vez por desconocimiento es que hemos desarrollado misterios y, en torno a ellos, tabús, hacia temas con respecto a los cuales hemos querido mantenernos distantes. Aunque en ocasiones es inevitable que nuestra naturaleza más salvaje nos arrastre hacia este tipo de conductas injustamente llamadas “pecaminosas”. Por ejemplo, es el caso de la masturbación. ¿Es malo masturbarse? La respuesta es clara: depende de a quién le preguntes. Hay muchos mitos y realidades.
Si le preguntas a un sacerdote o a un fanático religioso, probablemente te dirá que es malo masturbarse. Durante siglos nos han inculcado la sexualidad como una conducta sucia y pervertida y casi más si se trata de darse autosatisfacción.
Preguntándole a un médico, la respuesta cambiará radicalmente. Y te responderá que masturbarse es tan natural como beber agua o comerse un buen filete. Porque el apetito sexual existe y es tan digno, necesario y humano (o animal) como sentir hambre o sed o como dormir.
Mitos en torno al sexo y la masturbación
Los seres humanos somos miedosos por doquier. Hay temores que son perfectamente comprensibles pero es que con el sexo, más allá de las creencias que nos enseñaran en casa o en la escuela, durante nuestra infancia o en la adolescencia, sucede un fenómeno curioso. A veces no sabemos los motivos que nos llevan a ello, pero los padres sienten demasiado pudor a la hora de afrontar la sexualidad de sus hijos. Paradójicamente hay evidencias que aseguran que los padres le tienen más miedo a que sus hijos descubran el sexo a que estos padezcan algún tipo de dolor o sufrimiento. ¿No es extraño?
El sexo en sí no tiene nada de malo, si sabe vivirse con naturalidad, sin obsesiones, como un juego compartido o vivido en la intimidad y, por supuesto, siempre con responsabilidad. Y, por supuesto, masturbarse no solo no es malo, sino ¡al contrario! Es muy sano.
No obstante hay muchos mitos en los que se afirma que masturbarse es malo y que puede acarrear consecuencias negativas para la salud y para la vida de quien se masturba. Veamos algunos de estos mitos.
Las personas que se masturban son pervertidas
Si las personas que se masturban son pervertidas, ¡que levanten la mano todos los pervertidos del mundo! La sociedad entera se pondría en pie. Porque quien más y quien menos, alguna vez en sus vidas, todos hemos caído en la tentación de darnos placer. Y gracias que haya sido así, porque para eso la naturaleza nos ha regalado el privilegio de experimentar orgasmos, de sentir placer y de que lograrlo sea tan accesible, además de saludable.
Dice el refrán que “Si la vida te da limones, hazte limonada”, y por la misma regla de tres, si la vida te concedió el honor de tener un órgano sexual que siente cosquilleo al tocarlo y con cuyas caricias se te erizan la piel solo de imaginarlas, ¿por qué no aprovecharlo a nuestro favor? La masturbación y el orgasmo son los mejores ansiolíticos, antidepresivos y somníferos y sin contraindicaciones.
Hay personas que se masturban una vez al día, otras que lo hacen una vez en semana y cada uno lo hará cuando le apetezca. El número de veces que una persona se masturba no es determinante. El problema viene cuando la necesidad de masturbarse se vuelve tan obsesiva que impide hacer una vida normal.
Masturbarse no reduce la testosterona
Otro de los mitos en torno a la masturbación dice que hacerlo reduce la testosterona. Esta creencia no tiene fundamento alguno. Esta sustancia fluctúa en el cuerpo sin que masturbarse tenga incidencia negativa. El hombre que se masturba sigue siendo tan hombre (o en términos populares, tan “macho”), como el que no lo hace. Simplemente tiene apetito sexual y lo satisface.
La masturbación no causa esterilidad
Si el mito anterior no tenía ni pies ni cabeza, este lo tiene menos. El hombre al masturbarse no se vuelve estéril ni se expone a padecer disfunción eréctil, sino más bien al contrario. Porque muchas veces las disfunciones sexuales se produce por causas emocionales o psicológicas y masturbarse es una manera de conocer el propio cuerpo y saber lo que a la persona le gusta, le excita o le hace sentir más placer, correrse antes o retrasar la eyaculación. Es un excelente entrenamiento de nuestra propia sexualidad.
Realidades sobre la masturbación que te gustará conocer
Ya hemos resuelto gran parte de tus dudas en torno a si es malo masturbarse, confirmando que no lo es, sino al revés. Y aquí van otras realidades sobre masturbarse y sus beneficios que seguro te alegrará conocer.
Después de conocer todos los mitos que hemos visto, es un alivio saber que, dicho por expertos, masturbarse es bueno porque, al eyacular, se liberan endorfinas que funcionan como analgésicos y antidepresivos.
Además maturbarte no solo te hará sentirte mejor, dormir a pierna suelta y relajarte diciendo adiós al estrés, sino que te protege frente al cáncer de próstata.
Aparte, la masturbación puede mejorar tus relaciones sexuales y conseguir que aprendas cómo llegar al orgasmo para disfrutar más de la sexualidad.
Masturbarse en pareja
Ojo que la masturbación no es exclusiva de solteros. Las personas que tienen pareja también pueden disfrutar de un buen tocamiento en solitario, o intercambiando caricias de a dos.
Tener pareja no significa que no puedas tener apetencia sexual y la masturbación puede ser un recurso cuando tu pareja, por la razón que sea, no puede satisfacerte, o para practicarla juntos, ¿por qué no? Es más, cuando hay buen sexo, este genera más deseo, de modo que no son raras las veces que una persona, pese a haber mantenido relaciones sexuales con su pareja, siente deseos de más y termina masturbándose, sencillamente, porque deseo llama a deseo.
Por lo tanto, ahora ya confirmas que no es malo masturbarse. Al contrario, de la mayoría de las prácticas que adoptamos en nuestra vida la masturbación es una de las más saludables y recomendadas. Y así lo confirman médicos y científicos.