En los últimos años y conforme hemos ido creciendo, nos hemos dado cuenta de que el Gin Tonic se ha convertido en nuestra bebida favorita, al igual que era hace unos años de nuestros padres. Con el paso del tiempo la ginebra Larios que utilizaban nuestros padres, ha dado paso a un gran número de marcas, de todos los precios, colores y sabores. Además hacer un Gin Tonic se ha convertido en un arte que muy pocos saben apreciar, no es difícil, pero si quieres conseguir asombrar a tus invitados tan solo tienes que seguir los pasos que os detallamos a continuación.
El vaso perfecto
El primer requisito para poder hacer un buen Gin Tonic es que la boca del mismo sea ancha para que permite sacar los aromas de la copa. Además, si está frío de congelador mejor que mejor, sino puedes añadir 4 hielos para enfriar la copa, removiéndolos por el interior y tirando agua sobrante.
Ginebra en su justa medida
Aquí no vamos a entrar a valorar que ginebra es mejor o cual es peor. Lo que siempre hay que tener en cuenta es que la medida ideal son 5 cl, que debe derramarse sobre los hielos, para que alcance la temperatura que deseamos
Aromas
Cardomomo, anis, pimienta… actualmente en las tiendas especializadas podemos encontrar pequeños packs con diferentes aromatizantes para la ginebra. La decisión final es del usuario, ya que al final se mezclará con el alcohol desprendiendo su aroma.
Con dulzura
Finalmente le toca el turno de la tónica, si es Schweppes mejor, a no ser que optemos por las tónicas premium. A la hora de verter la tónica sobre la ginebra hay que hacerlo con delicadeza para no romper su burbuja. Podemos inclinar ligeramente la copa y verterla sobre el interior del vaso o con una cuchara.
Filigrana
Una vez hemos vertido la tónica en el vaso, introducimos una cuchara larga una vez de arriba abajo, para que se mezclen los ingredientes sin romper la burbuja y esperamos un minuto antes de probarlo. El toque final, como decía Bond en Casino Royale, podemos añadir una filigrana de limón o cualquier otro cítrico.