Como sucede con la ropa de ir a la calle, la vestimenta de estar por casa depende de cada uno en la mayoría de aspectos, pero hay ciertos errores que todos debemos evitar.
Las siguientes son tres malas decisiones de vestuario que se cometen habitualmente entre las paredes del hogar y qué hacer para remediarlo:
Quedarse en pijama
A pesar de que en los días libres la tentación de dejárselo puesto todo el día puede ser grande, el pijama no es ropa de estar por casa, sino que su función es para dormir. Después de terminar de desayunar, los pijamas y batines dejan de ser aceptables.
Solución:
La mitad del año, un chándal te proporcionará exactamente la misma comodidad que el pijama, pero sin la sensación de dejadez. Durante la mitad cálida: pantalón corto de deporte y camiseta.
Utilizar camisetas nuevas
Es una pena deteriorar tus flamantes camisetas para ir a la calle con el roce del sofá o mientras realizas tus tareas de bricolaje.
Solución:
En casa, las bolitas, el mal color y las deformaciones son aceptabales, incluso agradables. Y es que esos defectos pueden proporcionar una reconfortante sensación de hogar. Así que reserva un cajón para las camisetas de estar por casa y ve añadiendo aquellas que se hayan deteriorado con los lavados y su uso continuado. Haz lo mismo con los pantalones cortos y de chándal. Darás una nueva vida a tus prendas a la vez que aportas un mayor orden y sentido a tu armario, creando una división entre la ropa de calle y la de estar por casa.
Llevar calzado de calle
Existen razones tanto de comodidad como especialmente de higiene para no incluir calzado de calle en la vestimenta de estar por casa.
Solución:
Asegúrate de tener siempre a mano en la entrada un calzado exclusivo para estar por casa, que pueden ser desde las típicas zapatillas hasta otro tipo de calzado flexible y fácil de poner y quitar, cuyo uso quede restríngido a los límites de tu vivienda.