Entrenar con agujetas

Entrenar con agujetas o no

Si hay algo que odia cualquiera que esté en el gimnasio es entrenar con agujetas. Las agujetas son terriblemente dolorosas y te impiden ejercer bien la fuerza necesaria para llevar a cabo los ejercicios de tu rutina. Las agujetas salen a raíz del daño muscular producido durante las sesiones de entrenamiento. Con estos dolores la gente se cuestiona si entrenar con agujetas será o no saludable para nuestro cuerpo. Otros optan por reducir el volumen de entrenamiento o las cargas que emplean en los ejercicios para no sentir ese dolor.

¿Quieres saber si es bueno entrenar con agujetas? Aquí te lo explicamos todo.

¿Por qué salen las agujetas?

Entrenar con agujetas

Las agujetas son fruto del daño muscular producido durante las sesiones de entrenamiento. Cuando sometemos al músculo a un estímulo intenso, liberamos ácido láctico en nuestros músculo como producto de desecho tras la metabolización del glucógeno muscular. Esto hace que la acumulación de este ácido provoque dolores tras los días posteriores. Normalmente, el dolor máximo se da cuando transcurren unas 48 horas tras el ejercicio físico.

No tiene por qué ser un ejercicio demasiado intenso el que provoque las agujetas. Simplemente, para aquellas personas que no están acostumbradas a realizar ejercicio y, de repente, comenzamos una rutina de ejercicios, se verán sometidas al dolor de las agujetas. Existen algunas maneras de quitar las agujetas pero siempre es mejor no llegar a tenerlas.

Para aquellas personas que sí están acostumbradas a realizar ejercicio físico, si se someten a un entrenamiento más fuerte e intenso de lo común provocarán mayor daño muscular. La rotura de estas fibras hará que también tengamos más dolor a la hora de mover y hacer fuerza. Sin embargo, no por tener agujetas debemos de dejar de entrenar o hacerlo con menos carga o intensidad.

Cuando entrenamos a una cierta intensidad y con un volumen de entrenamiento adaptado a nuestras capacidades, no tenemos por qué tener agujetas. Es normal que, al principio, tengamos más cansancio y dolores al tener que vencer esa resistencia que son la cargas o el peso que le ponemos a las máquinas y mancuernas. Por otro lado, si cada vez que tenemos agujetas reducimos nuestro volumen de entrenamiento o la intensidad del mismo, no estaremos permitiendo crear adaptaciones neuromusculares en nuestro organismo.

Importancia de ser progresivo

Se puede entrenar con agujetas

Un entrenamiento se estanca si siempre realizamos lo mismo. Es necesario ir variando el peso, las repeticiones, la tensión mecánica que ejercemos durante el ejercicio, modificar los tiempos de descanso, etc. Para que el entrenamiento dé resultados. De lo contrario, no estaremos creciendo ni avanzando en nuestro objetivo. Hay que tener en cuenta que tener agujetas no tiene por qué ni ser malo ni ser bueno.

Cuando vamos aumentando nuestro nivel de cargas que introducimos en las máquinas y que levantamos, es normal que el daño muscular ascienda. Sin embargo, nunca debemos trabajar en el fallo muscular. El fallo muscular es la repetición a la que no podríamos hacer otra repetición más sin ayuda. Si en todas las series o en todos los ejercicios llegamos al fallo muscular, aumentaremos el estrés que está padeciendo el músculo durante las sesiones y se agotará antes. No sólo hará que se rompan más fibras y su daño sea más grande, sino que la recuperación será más lenta, el riesgo de lesión aumenta y aparecen las agujetas.

Si ya llevas tiempo entrenando en una rutina de ejercicios, estarás adaptada a ella. Conforme más carga levantas, más esfuerzo conlleva. Sin embargo, si realizamos esa subida de carga progresivamente, no tiene por qué aumentar el daño muscular.

Para que lo entiendan mejor, vamos a poner un ejemplo. Imaginen que llevamos 3 semanas realizando un press de banca en el que ponemos en total 60 kg de cargas. Si en la cuarta semana metemos 75 kg, estaremos aumentando mucho la carga de golpe. Si queremos realizar el mismo número de repeticiones y de series con ese peso, provocaremos excesivo daño muscular y, por ende, aparecerán las agujetas. Lo ideal es incrementar ese peso poco a poco para ir creando adaptaciones.

¿Es bueno entrenar con agujetas?

Entrenamiento con agujetas

Cuando llevamos un tiempo ya (más o menos 3 o 4 meses) con la misma rutina, notamos que nuestro cuerpo está completamente adaptado y no avanza lo suficiente. Es en este caso cuando cambiamos de rutina para modificar los estímulos que reciben nuestros músculos. Probablemente, los primeros días que realicemos la nueva rutina serán en los que tengamos agujetas.

No obstante, entrenar con agujetas no debe suponer un problema. Con un buen calentamiento y estiramiento adecuados, reduciremos el dolor de las agujetas. Si dejamos de entrenar o disminuimos el volumen de entrenamiento y su intensidad para que no nos duela tanto, estaremos haciendo que el cuerpo no se adapte a ese entrenamiento. De tal forma que, si repetimos de nuevo ese entrenamiento, volveremos a tener agujetas.

Normalmente nos recuperamos de las agujetas en tan solo 3-5 días. Las agujetas que son muy dolorosas y que no nos permiten entrenar, tardan más en irse. En el caso en el que tengáis este tipo de agujetas, pensad que para nada hay que repetir un entrenamiento así. Conforme avanza la experiencia en el gimnasio, nos acostumbramos a adaptar el volumen de entrenamiento a nuestro propio rendimiento. Cuando demos con el volumen exacto, no tendremos agujetas y solamente unas pocas molestias o mini agujetas los días que apliquemos la sobrecarga progresiva.

¿De qué depende no entrenar con agujetas?

Dolores de agujetas

Hay ocasiones en las que es mejor no entrenar con agujetas. Estos casos se ciernen a aquellas agujetas realmente dolorosas que no nos permiten realizar ningún tipo de movimiento básico. Llegados a este punto, el cuerpo nos está pidiendo descanso absoluto para recuperarse poco a poco.

En el resto de casos, siempre y cuando podamos entrenar, es mejor hacerlo al mismo ritmo de siempre. Hay algunas maneras de ayudar a la cura de las agujetas y es teniendo un buen calentamiento previo a la rutina de fuerza, estiramientos adecuados de las articulaciones y músculos y el uso de antiinflamatorios para reducir el dolor.

Espero que con esta información resuelvas tus dudas sobre si entrenar con agujetas o no.


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