Cómo empezar una conversación, en cualquier situación

Cómo empezar una conversación

A la hora de iniciar una conversación no cualquier cosa vale. Tal vez, si eres una persona tímida, te hayan dicho lo contrario, porque se trata, ante todo, de romper el hielo. Y a veces más vale dejarse llevar y, cuando te des cuenta ya estarás hablando, para luego fluir libremente. Pero con esta creencia te engañaron. Porque dependiendo de cómo empieces tu conversación, darás una determinada impresión. Que luego, si la fastidiaste al inicio, puedes arreglar, sí, pero será difícil lograrlo. ¿Quieres acertar de pleno? Para que lo hagas, compartimos contigo estas pautas y trucos para que aprendas cómo empezar una conversación, en cualquier situación

Pautas previas para iniciar una conversación

Si antes de lanzarte a hablar asimilas una serie de pautas previas para iniciar tu conversación, ya llevarás un largo camino recorrido. No lo es todo, desde luego, pero sí un gran avance que te ayudará a no meter la pata cuando abras la boca (o cuando escribas tu mensaje, si la conversación es escrita).

Lo primero, no tengas miedo

Cómo empezar una conversación

Lo sabemos, después de leer nuestra introducción y viendo tantas pautas previas es normal que te esté entrando un poco de respeto con esto de pautas y reflexiones. Y, si encima ya traías miedo, este se habrá incrementado. Pues bien, desde este mismo instante ¡fuera miedos! Hablar o conversar no es malo y estás perfectamente capacitado para hacerlo. Quítate de la cabeza esos pensamientos negativos, deja de anticiparte a desastres que nunca ocurrirán o que, en caso de ocurrir, seguro que estás perfectamente capacitado para salir airoso de ellos. 

Porque naciste con la capacidad de hablar, ¿recuerdas? Aprendiste a hablar desde bien pequeño y entonces no te censurabas y todo fluía tan natural. Pues ahora debe ser igual, solo que con un poco más de prudencia, pero nada demasiado diferente. 

Todo el mundo se puede sentir incómodo ante determinadas situaciones. No eres un extraño en esto y lo puedes superar sencillamente con un poco de entrenamiento, para que normalices cualquier situación posible.

¿Tienes miedo a que te juzguen? Déjanos contarte un secreto: todos juzgamos. A veces de manera inconsciente nos sale ese juez interno. Pero tampoco por un juicio llegará la sangre al río. Tú habla con seguridad en ti mismo y convencido de lo que quieres expresar. Quien te juzgue, allá él o ella, porque igualmente será juzgado.

El contexto es esencial

El contexto de una conversación es fundamental. Porque no es lo mismo hablar con una chica o un chico en la discoteca, que hablar en una reunión de trabajo, en una exposición oral o en un evento familiar. Tampoco hablará igual el profesor en clase a sus alumnos que el médico ante sus pacientes. 

Incluso dependerá de cómo sea tu interlocutor y de su propio contexto. ¿Es una persona abierta o introvertida? ¿Le gusta que le hablen de usted o es más cercana? Además, ¿estáis en el puesto de trabajo? Quizás sea tu amigo y tu jefe o un superior y no será lo mismo hablar en la calle o en un bar que cuando estáis en el trabajo. 

Tendrás que adaptar el tono y temas de conversación al contexto concreto en el cual os encontréis tu interlocutor y tú. 

Domina el lenguaje corporal

Cómo empezar una conversación

Para comunicar tú y para comprender qué te están comunicando inconscientemente tus interlocutores, el lenguaje corporal ayuda mucho. Te invitamos a aprender lenguaje corporal el cual te ayudará a empezar una conversación en cualquier situación y mantener esa conversación exitosamente. 

Es bueno mostrarse relajado, mantener una actitud abierta y acogedora, hacer contacto visual y sonreír sinceramente cuando hables o cuando estés ante la otra persona. 

Procura echar los hombros hacia atrás, para mostrarte seguro de ti mismo. Mientras la otra persona te habla, ve asintiendo con la cabeza, para mostrarle que la estás escuchando atentamente. 

Empezando una conversación acertadamente

Quieres poner en práctica todo lo aprendido y empezar una conversación acertadamente. Para conectar bien con tu interlocutor, desde la previa y durante toda la conversación observa. 

Observa su ropa, su look y sus gestos, pues así aprenderás detalles sobre la persona y podrás entablar esa conversación con naturalidad. 

El entorno también cuenta

El entorno cuenta y te cuenta sobre la persona. Porque si estás, digamos por poner un ejemplo, en un gimnasio, puede ser un buen tema inicial algo relacionado con la actividad deportiva que estáis realizando. De las propias conversaciones irás obteniendo pistas para ir dirigiendo la conversación hacia otros terrenos donde también encuentres interés o intereses en común. 

Realiza preguntas abiertas, nunca cerradas

A menudo cometemos la torpeza de realizar preguntas cerradas. Son aquellas cuya respuesta se basta con un sí o un no y dan poco pie a una conversación extensa. Difícilmente podrás empezar una conversación si las respuestas que esperas son monosílabos. En su lugar, apuesta por las preguntas abiertas.

Por ejemplo, en lugar de preguntar a una persona si le apetece ir a un restaurante, pregúntale cuál es su comida favorita. 

Los cumplidos bien hechos nunca fallan

Los cumplidos nunca fallan pero, y hemos querido recalcar esto, siempre y cuando sean cumplidos “bien hechos”. Porque también sobre esto debemos aprender. Han de ser cumplidos sinceros, porque la falsedad en nuestras palabras se nota y nuestras expresiones nos delatan cuando mentimos. 

Además, lo recomendable es alabar los logros, los rasgos del carácter de la persona y sus habilidades. Es preferible dejar de lado el aspecto físico, los temas de política, cultura, sexo y religión ya que pueden incomodar. 

Haz tus cumplidos cuando estés en el contexto oportuno y usando un lenguaje positivo.

Por ejemplo, este postre te salió delicioso. Tienes muy buena mano para la repostería. ¿Cómo lo has preparado?

En todo momento muéstrate respetuoso en tus palabras, con tus intenciones y con cada persona del entorno, no solamente con el interlocutor. Y observa también cómo reacciona la persona ante tus palabras. Si notas que la hiciste sentir bien, vas por buen camino. En caso contrario, puedes pedir disculpas y quedarte más tranquilo, con lo cual, posiblemente la persona también se sienta mejor al comprobar que te sentiste mal por no verla cómoda. 

Así es cómo empezar una conversación en cualquier situación y que esta conversación sea exitosa. 


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