La elección del desodorante que usaremos en la vida no es una decisión para tomarse a la ligera. Muchas veces el éxito en el ámbito social está supeditado a la primera impresión. Y mal olor o una camisa que no nos permite levantar las manos por la vergüenza, no son un buen inicio.
Entrevistas de trabajo, una cita romántica, o simplemente la interacción social diaria con otras personas, exigen una buena higiene…y un buen desodorante.
¿Cómo es el desodorante ideal?
Lo primero que debemos considerar, es elegir un producto que cumpla doble función: desodorante (para evitar malos olores) y antitranspirante (para reducir la sudoración). Eso sí, importante tener en cuenta: sudar es un proceso necesario para nuestro cuerpo, hay que evitar productos que inhiban la transpiración, sobre todo después de hacer ejercicio físico.
Muchas veces la selección de determinados productos obedece solo a gustos personales: sin fragancias o con aromas fuertes, por ejemplo. Lo mismo ocurre con las presentaciones: espray, roll-on, en barra o gel.
Los tipos de piel y el desodorante
Según el tipo de piel y otras características particulares, hay pautas a tener en cuenta:
En barra: estos productos suelen funcionar por periodos cortos. En los casos de sudoración excesiva, son la mejor alternativa.
Roll-on: los especialistas suelen recomendar esta presentación a los caballeros con mucha actividad física. Un punto a favor es que se constituyen a base de agua, y al ducharse no quedan restos del producto sobre la piel.
Espray: esta presentación es la ideal para quienes están en constante actividad sin parar. Su absorción es rápida, por lo que no deja residuos que puedan adherirse a la ropa.
Desodorantes sin alcohol son los más recomendados para aquellos con problemas de piel sensible.
Algunos dermatólogos no recomiendan el uso de productos que contengan aluminio (elemento presente en los antitranspirantes) ya que su uso prolongado puede causar irritación.
Fuentes imágenes: Belleza.top / Punto Fape