La dieta hiposódica es una alternativa a los hábitos alimentarios actuales, los cuales tienden a incluir demasiado sodio por culpa de la comida rápida y los alimentos procesados.
Y es que buena parte del sodio de tu dieta no procede del salero, sino que va dentro de los alimentos procesados. Si en tu dieta abundan la comida rápida y los procesados es muy probable que estés superando el límite de sodio diario, que es de 1.500 miligramos diarios. La dieta hiposódica es un excelente punto de partida para solucionar esa situación tan peligrosa para tu salud.
Consejos para tomar menos sodio
Naturalmente, el exceso de sodio en la dieta no es un tema que se deba tomar a la ligera. Y es que, como ya sabrás, consumir demasiada sal hace que se dispare el riesgo de hipertensión arterial, la cual puede conducir a ictus y enfermedades del corazón.
En consecuencia, controlar el sodio debe ser una de las prioridades a la hora de diseñar un plan alimentario. A continuación te explicamos cómo adoptar un estilo de vida más bajo en sodio para proteger tus arterias y tu salud en general.
Si quieres seguir una dieta hiposódica, deberás acostumbrarte a comer menos alimentos procesados y sustituirlos por alimentos frescos… cuantos más, mejor. Comer más alimentos frescos es una de las asignaturas pendientes de la sociedad, siendo conveniente debido a muchas cosas, incluyendo la reducción de sodio que conlleva. La dieta mediterránea es una gran idea, ya que incluye muchas frutas y verduras.
Y para dar sabor a tus comidas, tendrás que guardar el salero y confiar en las especias, los caldos de carne y pescado, los cítricos y por supuesto el ajo y la cebolla. Sustituir la sal por estas alternativas no solo es más saludable, sino que mejora el sabor de los platos, aumentando su potencia y número de matices.
Considera la dieta mediterránea
Echa un vistazo al artículo: Dieta mediterránea. Esta forma de ver la alimentación (y también de entender la vida) se basa en los alimentos frescos. Aquí te explicamos cómo seguirla y vemos todos sus beneficios para la salud.
No añadas sal hasta probarlo
Prueba la comida antes de añadirle sal. Muchas veces se hace de forma automática, pero si la pruebas antes, en muchas ocasiones probablemente llegarás a la conclusión de que no es necesario añadir sal (especialmente cuando se trata de alimentos frescos y de temporada). Un pellizco de sal aquí y allí parecen insignificantes, pero si se suman durante una semana o un mes se transforman en una cantidad de sal muy considerable. Por tanto, esta estrategia te ayudará a reducir mucho tu consumo de sodio.
Comprueba las etiquetas
Lo ideal para que los resultados de una dieta hiposódica sean más rápidos y notables es comer siempre fresco, pero prescindir completamente de los alimentos procesados es una tarea bastante difícil. Nos referimos a las comidas envasadas (ya sea en lata, plástico o brick), carnes procesadas como los embutidos, los cereales, productos de bollería y ciertos panes.
Lo que sí está en tu mano es apostar por la marca con menos sodio. Los fabricantes informan de la composición del producto en las etiquetas, así que busca el sodio y compárala con el resto para determinar cuál es la opción que más te conviene.
Cómo mantener una dieta hiposódica fuera de casa
¿Comes a menudo fuera de casa? Eso complica todavía más la tarea de mantener el sodio bajo control, ya que no podemos saber cómo se ha preparado todo lo que pedimos en los restaurantes. En cualquier caso, puedes utilizar la intuición para elegir la opción con menos sodio cuando te veas obligado a comer fuera de casa. Los restaurantes de fast food se limitan a ensamblar las comidas, por lo que la cantidad de sal no se puede cambiar. En cambio, los restaurantes tradicionales preparan muchas comidas a partir de alimentos frescos y en el momento (o al menos así debería ser), lo que permite añadir menos sal o no añadir nada si el cliente así lo pide.
Y si no te queda otra que comer en uno de esos restaurantes, siempre puedes pedir el plato más sano (utilizando de nuevo la intuición), no pasarte con las porciones si la única opción posible es una comida rica en sodio y evitar las salsas (el kétchup es una de ellas pero no la única) o utilizarlas en cantidades más pequeñas.
Acciones como pedir una porción pequeña o acompañar la comida con una ensalada en lugar de, por ejemplo, las típicas patatas fritas, te ayudarán a reducir la presencia de sodio en tu dieta, así como a no consumir más calorías de las que puedes quemar, un hábito que, recordemos, conduce al sobrepeso y la obesidad. Respecto a las ensaladas, todas no son bajas en sodio: vigila las olivas, el queso y los aderezos.