Contractura Muscular

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La contractura muscular está entre las lesiones más comunes que se pueden padecer. Si bien en gran medida están relacionadas con prácticas deportivas, cualquier persona está expuesta a sufrir alguna contractura muscular.

El funcionamiento natural de la musculatura humana se basa en la contracción y relajación constante. El problema aparece cuando uno o un grupo de músculos se mantiene en tensión de forma continua e involuntaria. Esto genera incomodidad y dolor.

En líneas generales, no se trata de lesiones graves. Aunque no todos los casos son iguales, la mayoría de los episodios presentan una duración media de una semana. Siempre y cuando el afectado contribuya decididamente en su propia recuperación.

¿Cómo se producen las contracturas?

Las causas que pueden dar origen a la aparición de una contractura muscular son muy variadas. En muchos casos pueden estar relacionadas con exceso de actividad o, por el contrario, por falta de ejercicios y movimientos.

Entre los factores más comunes se cuentan los siguientes:

  • Ejercicio en exceso. En general, exigir a los músculos intensidades muy fuertes suele generar este tipo de inconvenientes. No hay que abusar del exceso de peso en los gimnasios y en nuestra vida diaria; sobre todo si no se cuenta con la preparación necesaria.
  • Mala alimentación. Una dieta balanceada es un componente necesario para la salud y el buen estado del cuerpo humano. Los músculos no escapan a esta necesidad. De manera puntual, las deficiencias de potasio y magnesio suelen estar relacionados con diferentes tipos de lesiones.
  • Deshidratación. Es muy importante tomar una buena cantidad de agua al día Para cualquier persona y más si se trata de deportistas, la correcta hidratación es fuente de salud.

Otros factores con influencia en las contracturas

  • El sedentarismo viene siempre acompañado de un número alto de inconvenientes. Como ejemplos están las deformaciones corporales y la pérdida de fuerza y resistencia. Es bastante común que hombres y mujeres que llevan una vida muy sedentaria padezcan de contracturas musculares.
  • El estrés es otro de los detonantes frecuentes. La tensión suele acumularse en zonas como cuello o en la parte alta de la espalda, dando lugar a molestias tan fuertes como persistentes.
  • Algunas personas llegan a presentar episodios de contracción involuntaria de algún músculo durante el invierno. A manera de protección, los nervios se contraen en un esfuerzo por mantener el calor. El inconveniente se presenta cuando no se vuelven a estirar en un tiempo, a causa de la poca actividad física.

Problemas bucales: origen inesperado

Aunque quizá no resulte tan común escuchar de contracturas musculares derivadas de problemas bucales, este es otro factor que puede dar origen a este problema. Esta cuestión está especialmente relacionada con los casos de Síndrome Ocluso Postural.

Se trata de una alteración severa de la alineación de las piezas dentales, además de la pérdida progresiva de la tonicidad en los músculos de la boca. Los pacientes con casos más avanzados, además de presentar problemas en la mordida y frecuentes dolores de cabeza, también pueden padecer de molestias constantes en cuello y espalda.

Para tratar este cuadro clínico, el afectado debe buscar el auxilio tanto de un odontólogo, como de un fisioterapeuta. Si bien no son los episodios más frecuentes, algunos pacientes llegan a sufrir de dolores en piernas y pies.

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¿Quiénes pueden presentar episodios de contractura muscular?

Cualquier persona, sin importar el sexo o la edad, está expuesta a padecer de este tipo de lesiones. Aunque estadísticamente hablando, es relativamente normal que a partir de los 20 años las personas sean más propensas a presentar estos cuadros. Entre otras cosas, porque aumentan los niveles de competitividad, la actividad deportiva y suele hacer su aparición el estrés.

Muchos fisioterapeutas han visto con preocupación el aumento de casos en niños. En el origen de estos problemas estaría el uso excesivo de equipos como consolas de video juegos o teléfonos inteligentes. La mala alimentación de los pequeños de la casa también puede provocar más vulnerabilidad ante la aparición de contracturas.

Tipos de contractura muscular

Las más comunes son las que se producen por un exceso de esfuerzo físico o de forma posterior a este. También están las llamadas residuales, que van acompañadas por una lesión adicional. Otras nomenclaturas, de acuerdo al origen, son:

  • Postraumáticas: conocidas también como contracturas defensivas. Se generan después de que uno o un grupo de músculos sufren un fuerte impacto. Si bien son de las más molestas, suelen aliviarse sin intervención médica en un lapso de dos a tres días.
  • Posturales: las más de las veces son causadas por malos hábitos al sentarse. Sin embargo, algunas posturas incorrectas para caminar o al estar de pie también pueden ser culpables de estos padecimientos. Son lesiones que se van generando de forma progresiva.
  • Por hipotonía: conocidos de manera popular como “espasmos musculares”. Lo padecen personas de musculatura débil o con baja tonificación. Suelen aparecer cuando se exige al músculo una contracción más fuerte a la habitual.

Tratamientos

El mejor tratamiento para una contractura muscular, es hacer todo lo que esté al alcance para evitarla. Esto pasa por mantener una buena alimentación y una correcta hidratación. También por estirar y calentar correctamente los músculos antes del ejercicio, además de evitar el sedentarismo.

Cuando el padecimiento ya es un hecho consumado, la primera medida a tomar es descansar y colocar en reposo el área afectada. Si el episodio se presenta durante una actividad física, esta debe suspenderse en el acto.

Siempre es recomendable acudir con un especialista, así como evitar la automedicación. La visita al fisioterapeuta será imprescindible si el padecimiento se extiende más allá de una semana o afecta la rutina diaria. Lo mismo ocurre si se presentan pinchazos, hormigueos y alteraciones en el sueño.

Remedios naturales para las contracturas musculares

Hay varios trucos caseros para tratar las contracturas musculares:

  • Muchas plantas desprenden aromas saludables, con un efecto calmante a la hora de disminuir el estrés y la tensión muscular. Entre esas plantas está el tomillo, el romero, lavanda, eucalipto, caléndula, y muchas más.
  • Baños terapéuticos. Se realizan con diferentes tipos de sales, combinadas con aceite esencial.
  • Cremas y ungüentos. El aceite de coco, las flores y semillas de árnica e incluso la cayena en polvo, pueden formar parte de cremas y ungüentos muy beneficiosos para el tratamiento de las contracturas.
  • Ejercicios y deportes. Está demostrado que deportes y ejercicios como el Yoga, Taichí y Pilates disminuyen el riesgo de lesiones.

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