Conviene comenzar por lavar la barba. Existen diferentes tipos de champú especialmente concebidos para las barbas. Un champú clásico también puede adaptarse a este tratamiento.
No es necesario comprar un cepillo especial para la barba. Basta con utilizar el cepillo o el peine que viene con la cortadora. Esta permite limpiar la maquinilla, pero también se puede utilizar para cepillar la barba. En todo caso, se puede utilizar un peine clásico y elegir preferentemente un peine de cuerno porque no genera electricidad estática, y es más fácil disciplinar el pelo. La barba se debe cepillar hacia abajo, sin olvidar el bigote.
Para tratar la barba, se puede utilizar una cortadora digital dotada con un cabezal movible y una pantalla que presente la altura del corte elegido. Si no se tiene este tipo de máquina, se puede utilizar unas tijeras para recortar la barba. Se empieza siempre por la parte superior de la cara, y luego se ajustan los contornos de la mejilla hasta dos dedos antes de llegar a la nuez. Después, se rasuran los contornos de la mandíbula y se liberan los labios. Finalmente se vuelve a peinar la barba.
Siempre hay que comenzar por delimitar la línea de cada mejilla que va de los labios hasta la oreja, y luego la línea del bigote con ayuda de una cuchilla. Se trata de realizar un trazo natural recto.
Finalmente se puede utilizar un aceite para barba clásico o un aceite para pelo que tenga la misma composición que un aceite para barba. Su función es la de nutrir la barba. Se pone una pequeña cantidad en la mano y luego se masajea.