El derrame ocular, conocido médicamente como hemorragia subconjuntival, es una afección que puede resultar alarmante debido a la aparición de un parche rojo en el ojo. Sin embargo, a pesar de su impactante aspecto, generalmente se trata de una condición benigna que no afecta la visión ni causa molestias significativas. Esta afección ocurre cuando un pequeño vaso sanguíneo se rompe debajo de la conjuntiva, que es la delgada capa transparente que recubre la esclerótica (la parte blanca del ojo). La sangre queda atrapada, generando el característico enrojecimiento.
En este artículo te explicaremos en profundidad las causas, sintomas y tratamientos de la hemorragia subconjuntival, además de recomendaciones para prevenir su aparición y qué hacer en caso de que esta ocurra.
¿Por qué aparecen los derrames oculares?
Uno de los principales motivos de la hemorragia subconjuntival es la ruptura de los finos vasos sanguíneos del ojo. En numerosos casos, no existe una causa evidente, pero hay varios factores que pueden desencadenarlo:
- Aumentos repentinos de la presión arterial: Episodios como estornudos, tos intensa, vómitos o levantar objetos pesados pueden generar presión suficiente para romper un vaso sanguíneo.
- Traumatismos o golpes en el ojo: Incluso un golpe leve puede provocar un derrame ocular.
- Frotarse los ojos: Este gesto habitual puede causar microlesiones en los vasos sanguíneos.
- Hipertensión arterial: Las personas con presión arterial alta son más propensas a sufrir hemorragias subconjuntivales.
- Medicamentos anticoagulantes: El uso de fármacos como aspirina, ibuprofeno o warfarina puede aumentar el riesgo de derrame ocular.
- Infecciones oculares: Algunas infecciones virales pueden propiciar la aparición de hemorragias subconjuntivales.
- Cirugía ocular reciente: Procedimientos quirúrgicos, incluidas las cirugías láser, pueden dejar al ojo más vulnerable a este tipo de problema.
- Diabetes: Esta condición puede debilitar los vasos sanguíneos, haciéndolos más propensos a romperse.
¿Cuáles son los síntomas de una hemorragia subconjuntival?
A pesar de su aspecto llamativo, el derrame ocular suele ser indoloro y no presenta síntomas adicionales en la mayoría de los casos. Los signos más comunes incluyen:
- Aparición súbita de una mancha roja brillante o roja oscura en la parte blanca del ojo.
- Ausencia de dolor, picazón o secreción.
- La visión no se ve afectada.
En ocasiones raras, el derrame puede causar una leve sensación de arenilla o cuerpo extraño en el ojo. Si notas otros síntomas como dolor intenso, sensibilidad a la luz o cambios en la visión, será importante consultar a un oftalmólogo.
¿Cuánto tiempo tarda en desaparecer un derrame ocular?
La hemorragia subconjuntival es generalmente una condición autolimitada que desaparece por sí sola. La sangre atrapada debajo de la conjuntiva suele ser reabsorbida gradualmente por el organismo en un periodo de 10 a 15 días. Durante este tiempo, el color del derrame puede cambiar, pasando por tonalidades amarillas antes de desaparecer por completo.
En pacientes que toman anticoagulantes o padecen trastornos de coagulación, el proceso de reabsorción puede tardar más tiempo.
Tratamientos recomendados para la hemorragia subconjuntival
No existe un tratamiento específico para los derrames oculares, ya que suelen desaparecer por sí solos. Sin embargo, se pueden seguir algunas recomendaciones para aliviar posibles molestias:
- Uso de lágrimas artificiales: Estas ayudan a mantener el ojo lubricado, especialmente en caso de que aparezca una leve sensación de irritación.
- Evitar frotarse los ojos: Esto puede empeorar el problema o generar más lesiones.
- Revisión médica: Si los derrames son recurrentes o están asociados con otros síntomas, es esencial una evaluación por parte de un oftalmólogo.
¿Cómo prevenir las hemorragias subconjuntivales?
Aunque no siempre es posible prevenir un derrame ocular, adoptar hábitos saludables puede ayudar a reducir el riesgo:
- Controlar la presión arterial: Realizar controles regulares y seguir las indicaciones médicas para mantener un nivel adecuado de presión arterial.
- Evitar frotarse los ojos: Si experimentas picazón, utiliza gotas lubricantes en lugar de frotarte.
- Usar protección ocular: Llevar gafas protectoras durante actividades deportivas o laborales que impliquen riesgos de traumatismos oculares.
- Informar al médico sobre la ingesta de medicamentos: Si tomas anticoagulantes u otros fármacos, comparte tus antecedentes con el profesional para ajustar el tratamiento si es necesario.
¿Cuándo consultar al médico?
Aunque los derrames oculares suelen ser benignos, hay ciertas situaciones en las que es necesario buscar atención médica:
- Si el derrame se presenta de forma recurrente.
- Si hay dolor ocular intenso, hinchazón o cambios en la visión.
- Si aparecen hematomas en otras partes del cuerpo o se sospecha de un trastorno de coagulación.
- Si el derrame no mejora después de tres semanas.
Los derrames oculares suelen ser un motivo frecuente de preocupación, pero rara vez representan un problema grave. Es importante mantener la calma y observar la evolución de los síntomas. Un estilo de vida saludable, con énfasis en el control de la presión arterial y evitando factores de riesgo, puede ser clave para prevenirlos y garantizar una buena salud ocular.
no indicas como evitarlo.
Nunca mencionan cómo evitarlo.