Los calzados castellanos llevan casi un siglo desde que se crearon y no pasan de moda. Son muy utilizados por los hombres para muchas ocasiones dada su buena calidad. Fueron fabricados por primera vez en el año 1920 en un taller de Madrid. Estos mocasines castellanos son totalmente artesanos la maestría de cada creador deja huella en el estilo y la pulcritud del producto.
¿Quieres conocer qué tipos de calzados castellanos hay y cuáles son los mejores? En este post te lo contamos todo 🙂
Fabricación con doble hilo
La piel que se utiliza para la fabricación de estos mocasines es el florentic. Se trata de un tipo de piel con bastante brillo y muy característico que marca la diferencia. Como pasa con muchas otras cosas, hay personas que odian este tipo de brillo, pero otras, les encanta. La piel es rectificada y su grosor es bastante superior al usado normalmente en otros calzados. Esto hace que los calzados castellanos tengan gran durabilidad.
Una ventaja que ofrece este tipo de calzado frente a otros es la comodidad. Al estar realizados artesanalmente, cada fabricante se ajusta al pie del consumidor. De esta forma puede otorgar la máxima comodidad y confort para una pisada más agradable.
El esmero y la pericia de cada artesano es condicionante para evaluar la calidad del calzado. La costura del empeine es el que define en gran medida la calidad de los castellanos. La técnica empleada de costura es la de doble hilo . También es denominada costura «entrecarne». Los castellanos son de máxima calidad gracias a esta técnica.
Se elabora directamente sobre la horma con dos agujas e hilos de fibras naturales encerados. Es una fabricación muy delicada, puesto que cada puntada cuenta. Si una de ellas falla, todo el proceso anterior puede ser estropeado. Es necesario muchos años de experiencia y paciencia para realizar unos calzados castellanos de calidad. Por lo general, los acabados son excelentes, por lo que su precio también es alto.
Proceso de fabricación
Para que no te quedes con la intriga de cómo se fabrican estas preciosidades, vamos a contarlo poco a poco. Lo primero, es que una de las particularidades de la fabricación de estos calzados es la costura antes mencionada. Sin embargo, se trata de auténticos mocasines, por lo que una de las singularidades es su construcción kiowa. Este término proviene de calzados que usaban los indios norteamericanos.
La característica más especial de un mocasín estilo kiowa es que su parte inferior está elaborada con la misma piel que el empeine. Esto provoca un efecto como si el pie fuera recubierto por un guante por completo.
El sistema de construcción aporta al zapato una mayor flexibilidad con respecto a otros sistema de producción más industrial y menos artesanal.
Modelos de calzados castellanos
A continuación, vamos a mostrar algunos tipos de mocasines castellanos para que puedas ver mejor los modelos.
Castellanos de antifaz
Es muy conocido también por el nombre de Beefroll en los países anglosajones. Se trata del modelo más básico y clásico. Son los primeros que se fabricaron y los que reconoce todo el mundo a simple vista.
Castellanos de borlas
También son llamados mocasines Tassel y se han convertido en todo un icono del calzado de hombres. Tiene gran variedad de tipos que los convierte en auténticos en su estilo. Su diferencia con otros tipos es su borla en el empeine.
Tienen otros modelos más elaborados que cuentan con pasados en los costados a parte de las borlas. Esto le otorga un toque decorativo y más personalizado sin restar calidad al diseño.
Castellanos de suela de goma
Aunque la mayoría de calzados castellanos tienen la suela de cuero, son más demandados los que tienen la suela de goma. La goma ayuda a cumplir los requerimientos a la hora de vestir y otorgan un look mucho más desenfadado.
Por otro lado, el uso de las gomas en este tipo de mocasines aumenta el confort que se le da en cada pisada. Hay que tener en cuenta que este material se adapta mejor a cualquier tipo de superficie.
Castellanos de punta fina o redonda
Entre estos dos modelos están la mayoría de los hombres que deciden comprar unos zapatos de este estilo. Cuando se prefiere la comodidad antes que el estilo, las hormas redondas son la mejor opción. Sin embargo, si queremos unos zapatos que nos aporten un toque especial, tendremos que tener la horma más estilizada. La punta fina otorga mayor seriedad a nuestro conjunto.
Cuidados y mantenimiento
Los colores más frecuentes de estos mocasines son el negro y el burdeo. Para mantener estos zapatos siempre con un buen color y calidad, necesitan de un mantenimiento y unos cuidados. Es bastante sencillo de cuidar, pero no se debe olvidar. La piel florentic de la que está fabricado es muy resistente a los roces con los objetos. Por ello, no es frecuente que nos encontremos con los zapatos rayados. Sin embargo, es un piel que necesita algunos cuidados.
Lo primero que tenemos que hacer es limpiar el exterior del mocasín con un paño algo humedecido. Así podremos quitar el polvo y la suciedad superficial. A continuación, con un poco de crema o betún para el calzado, extendemos una fina capa por toda la superficie. Lo dejamos secar y lo cepillaremos para quitar el exceso de crema. Mientras más lo cepillemos, el brillo final será más o menos intenso. Esto ya se deja al gusto del consumidor.
Es conveniente que cada cierto tiempo revisemos la tapa del tacón y las suelas. Si tenemos que repararlas es mejor ir a nuestro zapatero de confianza para cambiarlas. No debemos dejar que los zapatos sufran un desgaste excesivo ya que hará imposible su reparación. Debido a su precio, lo ideal es hacer que la vida útil sea o más larga posible.
Por último, se recomienda que no se utilicen a diario y lo alternemos con otros zapatos. Si empleamos los calzados castellanos a diario aumentará su desgaste y disminuirá su impacto visual. Es como si todos los días nos vistiéramos con nuestro mejor conjunto. A la gente no le impactaría vernos un día más con lo mismo.
Espero que con estos consejos podáis cuidar bien de vuestros mocasines.