En esta ocasión queremos romper una lanza a favor de los guantes sin dedos o fingerless gloves, como los llaman los angloparlantes. Este accesorio de invierno lleva algunas temporadas representando una atrevida alternativa para aquellos que están cansados de los guantes de algodón sencillos y quieren algo distinto con lo que cubrir sus manos en los días más fríos del año.
En lo que se refiere a colores y materiales, los guantes de invierno han pasado por distintas etapas, algunas más afortunadas que otras (¿recuerdas aquellos con franjas multicolor?), sin embargo, no se puede decir lo mismo en cuanto a la forma.
Los guantes sin dedos están fabricados generalmente de algodón y se presentan en dos tipos, guantes y manoplas, así como en distintos largos, pudiendo cubrir desde la muñeca hasta la mitad del antebrazo e incluso un poco más arriba, cerca ya de la parte del codo.
Los guantes sin dedos encajan muy bien dentro de un look casual de inspiración grunge o rockera. Nuestro consejo es que los combines con una camisa de cuadros y una cazadora de cuero o una parka como abrigo.
Con su diseño rompedor (nunca mejor dicho), los guantes sin dedos están aquí para quedarse… y nosotros nos alegramos, porque además de abrir el abanico de posibilidades en el tema de proteger las manos del frío, también representan una ventaja práctica obvia al dejar nuestros dedos al descubierto.