Rosie Huntington-Whiteley, Lindsey Wixson y Daphne Groeneveld entre otras pusieron de moda de los morritos, pero ya ha dejado de ser una cosa exclusiva de ellas. La moda masculina también ha comenzado a mostrar preferencia por los labios carnosos de aspecto natural. Cada vez más modelos y artistas posan con morritos.
Si quieres aumentar el volumen de tus labios de una manera sutil para mejorar tu atractivo sin que tus compañeros de oficina sepan exactamente cuál es el cambio que has hecho en tu cara, echa un vistazo a los consejos que aparecen a continuación.
Cepíllate los labios con un cepillo de dientes seco cada quince días más o menos. Esto eliminará las células muertas de la piel, ayudando a que se vean más suaves. Además, el masaje que recibirán por parte de las cerdas contribuirá a darles más cuerpo y color debido a que se producirá una mejoría en la circulación sanguínea de la zona.
Si tu piel es muy sensible, considera preparar un exfoliante natural. Existen muchas recetas válidas, pero la que nos parece más sencilla es mezclar azúcar y agua hasta crear una pasta. Masajéala sobre tus labios y después límpialos para eliminar células muertas, bacterias y cualquier resto alojado hasta en lo más profundo de los poros.
Cuando los labios de una persona no son carnosos por naturaleza, a menudo no basta con la exfoliación. Si es tu caso, te alegrará saber que la industria cosmética pone a tu disposición tratamientos unisex bastante económicos que pueden ayudarte a rellenarlos, tales como Fillderma lips o Volumax Triactive.
Aparte del cuidado externo hay otro hábito para lograr unos labios más suaves y carnosos: el ejercicio. Hacer de manera regular ciertos movimientos puede ayudar a rellenar los labios de manera natural. Silbar unas cuantas veces al días tonifica los músculos de los labios, lo que aumenta su volumen. Otro ejercicio sencillo que da buenos resultados es sonreír. Mantén una sonrisa tan amplia como te sea posible sin abrir la boca durante cinco segundos. A continaución, frúncelos, empújandolos bien lejos de la cara, durante otros tantos segundos.